Hablamos sobre «Paterson» de Jim Jarmuch

Hablamos sobre «PATERSON» la última de Jarmuch, y para comenzar, adelantar que esta es de las buenas, de las mejores de su irregular, pero casi siempre atractiva e identificable, filmografía. De hecho, «Paterson» debería figurar entre sus mejores pelis, junto, por ejemplo, a «Extraños en el paraíso», «Down by Law» y «Mystery Train». No es inferior a ninguna de ellas, sentenciamos, y listo. Nos da que va a crecer en nuestra mente y recuerdo conforme pasen los días; de hecho ya ha «mejorado» de ayer noche a esta mañana, y eso solo pasa con las pelis especiales, o muy diferentes o muy buenas. Probablemente, «PATERSON» reúna estas tres características, sí.

La poesía (y el amor, y la felicidad, y el sosiego, y la rica vida interior y el quererse/respetarse a uno mismo y a los demás) también, o quizá sobre todo, está en lo cotidiano, en lo pequeño, en un pueblo como otros tantos, en hacer de la rutina una feliz liturgia, en el interior de un bus en que la gente cuenta cosas extrañas o no, esperanzas, problemas y frustraciones; y en vidas insignificantes a ojos de los demás, en personas, felices o no, aparentemente casi ridículas pero con problemas y pulsiones interiores que nos interesan e inquietan.

Resurge Jim Jarmuch en plena forma, rescatando -y como nunca, a pesar de que ya está más cerca de ser un anciano que un joven-, el valor y el significado de lo que era el cine indie, esto es, parco en medios y sencillo de manufactura, nada forzado en el desarrollo de las tramas, pobladas por personajes encantadores, intensos y casi extraterrestres, raros de c..j…s, pero naturales y genuinos. Y un lenguaje narrativo directo y cero grandilocuente, y atrezzos escuetos pero currados y significativos. Un cine atento al detalle en cada plano, cuidadoso con la música y humano y sensual que pone en primer plano las relaciones personales y la comunicación entre la gente y con su entorno físico (cada rincón de la casa, las rutas del bus, el parque ante la cascada, el repetido camino al hogar, el rutinario paseo nocturno con el perro…). Y, no podía faltar, un sentido el humor sutil, compasivo, irónico y de pincel fino, muy fino (lo del perro es de traca, y otro tanto ocurre con las sempiternas quejas de su compañero de trabajo, o con las ocurrencias/aspiraciones/proyectos «artísticos» y culinarios de su novia); es ese humor cercano y cálido que te hace sonreir y sentirte feliz, así de sencillo y de grande.

«PATERSON» es una peli diferente y encantadora, con poco o nada de ritmo (lo que puede desagradar al 90% del público, las cosas son así) y un argumento casi inexistente (otro 90% a disgusto, sí) que se resume en tan pocas líneas que sin pretenderlo casi lo hemos contado ya, y que solo esconde un acontecimiento que, cómo no, está directamente relacionado con la actividad poética del personaje principal, un Adam Driver sublime a la hora de crear la identidad y sensibilidad y la forma de ver el mundo, las personas y la vida, de un individuo ciertamente particular pero con quien no pocos espectadores encontrarán afinidades. Pese a ser una peli de hoy mismo, apenas aparecen en la peli los móviles ni Internet y sus redes sociales, ni se ve una sola TV en la casa (sí una sala de cine en la que ven una peli cásica en blanco y negro), ni hay escenas que transcurran en un supermercado, y ninguno de los protagonistas fuma ni bebe. Hay vida sin televisión, sin Internet, sin móviles y sin esta obsesión por el consumo que marca el siglo, parece querernos decir un Jarmuch que, además de dirigirla, ha escrito el guión de esta pequeña joya humanista que es «Paterson».

Una película pequeña y minoritaria, al extremo de que habla de la poesía como acto creativo puro y como forma entregada de vida, que cuenta con minuciosidad y redundancia las rutinas sencillas de un poeta y de su adorable y muy respetada compañera; una vida plena, equilibrada y satisfactoria la de este joven poeta, imperturbable conductor de bus sin mayores pretensiones que amar y ser amado, comprender a los demás e intentar que respeten su peculiar forma de ser.

Y sobre todo, «Paterson» habla de una manera de sentir, de relacionarse con los demás y de observar e interactuar con su entorno, que convierte en un estilo de vida su forma de percibir/registrar el mundo como si de un poema se tratara.
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Pasemos a la music: uno de los discos llamados a ocupar los primeros puestos de nuestra lista de mejor del año 2.016 es, sin duda, el de KEVIN MORBY, de quien hemos hablado muchas veces aquí, sobre todo tras su inolvidable concierto en Bilbao, uno de los tres mejores de los que hemos visto esteaño. Junto a Kurt Vile y Courtney Barnett, el tejano rubio del pelo rizado es, para nosotros, lo mejor que ha pasado en el panorama internacional del rock de cantautor estos últimos años. Y, al igual que ocurre con Vile y Barnett, el directo de Morby es perfecto, incluso emociona más que su espléndida obra grabada.

«Singing saw», el disco de KEVIN MORBY, tiene dos de las canciones que más nos han gustado este año. Una de ellas es «Dorothy», y la otra, esta increíble «I Have Been To The Mountain», un alarde de imaginación sonora con trompetas tex-mex y coro femenino e incluso ciertos arreglos prog, que a buen seguro estaría entre las cinco primeras de ese podio que no haremos, y que en directo sonó de aquella manera, ufff, de gozada. Siempre nos han gustado tanto Bob Dylan, Leonard Cohen, Lou Reed y Neil Young que escuchar la music de su mejor discípulo no puede sino emocionarnos hasta un extremo casi insano.

Ambientazo Dylaniano ayer en nuestro bar

AMBIENTAZO DYLANIANO AYER EN LA ESTACIÓN DE NEGURI. Más de tres horas dedicadas gozosamente a la celebración del Nobel de Literatura concedido, por fin, este año a Bob Dylan.

Nos encantó la MUSIC EN VIVO en vivo, faltaba más, y no podemos sino agradecer a -calculamos, no tuvimos tiempo de contarlos- la docena de artistas, muchos de ellos venidos de Bilbao, algunos incluso en metro guitarras a cuestas, que subieron al escenario a recrear hasta una treintena de canciones de Dylan.

Pero lo más peculiar del evento fueron, por una vez, LAS PALABRAS. Las pronunciadas por Joserra Rodrigo sobre el hecho de la concesión del Nobel a Dylan y sobre la calidad, innovación y originalidad de las letras de sus inmortales canciones, y las palabras recitadas por Iker Díaz, en media docena de canciones -en su traducción al español- del bardo de Minnesota. Muchos fuimos los que dejamos volar la imaginación y sentimos la poesía de Dylan, perfectamente traducida, y leída/ interpretada por Iker, como pocas veces habíamos percibido, de tan dentro que llegó. Nos encantó, por cierto, que en esta parte más «culta» del evento, el local estuviera también lleno; de hecho, no quedó una sola silla libre y mira que pusimos todas las que teníamos. Respecto de la polémica sobre la concesión del Nobel a Dylan, quedaron dos cosas claras: 1) para los seguidores del cantautor por antonomasia, el premio es más que merecido y apropiado, porque reconoce el mérito, el valor literario de las canciones de Dylan y por extensión, de las de otros músicos, y 2) poco importa que a Dylan le haga ilusión el premio, que atienda o no la llamadas de la Academia Sueca, o que se digne ir a recoger el premio a Estocolmo: lo relevante es que su obra ha logrado el mayor reconocimiento institucional imaginable; que es el que le faltaba, porque el otro, el más importante, el de la trascendencia social, el de la admiración popular y el de la crítica musical lo ha tenido siempre. Y que muchos seguidores han hecho un poco suyo el premio a Dylan, de tan suyas que sienten sus canciones. Y, a ellos, a nosotros, eso no nos lo quita nadie, ni el propio Dylan renunciando a recoger el premio e incluso a darse por aludido, si tal cosa ocurriera, que prefiríamos que no, la verdad. Porque mira que molaría ver al amigo Bob agradeciendo el premio con un discurso cantado, hablando, por ejemplo, de otros cantautores como él. O donando la pasta del premio a una cátedra sobre la aportación de la música folk a la literatura mundial, o…

LLENAZO, pues, anoche en La Estación de Neguri, a pesar de la durísima competencia de oferta de ocio esa noche, y es que siempre hay tantas otras cosas que hacer…. Magníficos planes irrepetibles con fecha de ayer, como ver fútbol Champions con morbo en la tele (el primer Barcelona- Manchester City con Guardiola en las filas del equipo iglés), asistir a un concierto de jazz de primera en el Campo bilbaino (John Scofield, guitarrista universal) o, en plan más ruidoso y animado, de rock renovador (Brother Hawk, de Atlanta, gratis, en Bilbao, Antzoki sala superior)…

Lo dicho: tremendo ambiente, 100% dylaniano y con una audiencia no solo nacida entre los años 50 y los 70, sino también con personal más joven (mucho no, pero lo había). Pudimos escuchar lo más conocido del cancionero dylaniano, pero también joyitas más rebuscadas y menos famosas, sobre todo de la primera época de Dylan.

¿No estuviste? No pasa nada, otro día será. GRACIAS a TODOS, SOBRE TODO A JOSERRA e IKER, y a todos y cada uno de los músicos, con especial mención a Adrián (que además de tocar, hizo la labores de sonido) y a Luís Escauriaza, que lo dio todo.

Homenaje a Bob Dylan, en La Estación

Listo. El día “D”, de Dylan, es mañana, miércoles. A las siete y media de la tarde del miércoles 19 octubre, celebraremos en La Estación de Neguri el HOMENAJE A BOD DYLAN con motivo del Nobel de Literatura que la academia sueca le ha concedido en su edición 2.106.

Habrá palabras quizá incluso algún debate, habrá recitado de canciones, y habrá, cómo no, music en vivo y en directo: se subirán a nuestro escenario conocidos músicos y cantantes que interpretarán los temazos de nuestro querido Bob Dylan.

Una fiesta dylaniana en toda regla, tal y como era de esperar. Y no lo decimos por decir, sois muchos lo que nos habéis preguntado, ya en el bar ya en las redes sociales no si íbamos a organizar algo para celebrar la noticia, sino directamente el día y la hora del evento.

Pues ya lo tenemos: MIÉRCOLES, 19, A LAS SIETE Y MEDIA: FIESTA CELEBRACIÓN DEL NOBEL DE LITERATURA PARA BOB DYLAN.

Un premio polémico y discutido (¿un cantautor que, por mucho que escriba bellos y trascendentales poemas, no deja de ser un músico, acaba recibiendo el galardón más prestigioso de los escritores?) sobre el que queremos hablar un rato con todos los que os acerquéis hasta vuestro local favorito de Getxo, en el que como sabéis, la music y la cultura asociada a ella, son tan importantes como el resto de nuestra oferta, se siente, exposiciones, cafés, bebidas, pintxos, comidas, fiestas especiales…

Cómo será el evento:

1) JOSERRA RODRIGO, uno de los mayores expertos en la obra y vida de Dylan, razonará en una breve charla el porqué de la oportunidad y justicia de este Nobel de Literatura para el genio de Minnesota. ¿Quizá se merezca Dylan un Nobel genérico (que no existe), y no tanto este específico de Literatura? Hablaremos de ello, pero de momento nos quedamos con la irónica y atinada respuesta de otro veterano cantautor con ribetes literarios, Leonard Cohen: “darle el Nobel a Dylan es como darle al Everest la medalla de montaña más alta del mundo”. Tampoco es irrelevante la actitud del propio Dylan ante la concesión de este premio: en los cinco días que han transcurrido desde el jueves en que se dio a conocer el fallo no solo no ha dicho nada al respecto, ni siquiera ha cogido el teléfono a los representantes de la Academia Sueca, que no ocultan su decepción pero, seguramente, tampoco han perdido la esperanza de que Dylan acuda a recoger el premio. ¿Irá? Quizá hagamos una votación este miércoles, a ver quién acierta. Al tema, JOSERRA RODRIGO, dylaniano de pro, prestigioso opinador musical y, además, organizador del Festival de Frías (Burgos) al que asistimos este pasado verano, abrirá el evento a eso de las siete y media, y nos pide que al finalizar su breve intervención (unos diez o quince minutos, no más) la gente opine, sea cual sea su punto de vista, por supuesto. Un consejo de amigo: si os gusta Dylan y la music americana de los años 60-70s (The Band, y en este plan) y la de sus seguidores en la actualidad y/o el soul de años atrás y el de hoy mismo, seguid el muro de facebook de Joserra Rodrigo; cada día se aprende algo nuevo, y sus recomendaciones de discos, nuevos y antiguos, y de conciertos, son un regalo de los dioses.

2) LECTURA POÉTICA de las letras (traducidas al español, e incluso quizá alguna al euskara) de algunas de las mejores canciones de Dylan. Para este singular cometido, contamos, al igual que con Joserra Rodrigo, con el especialista soñado: IKER DÍAZ, que ya estuvo, dejándonos maravillados a todos, hace tres años en La Estación de Neguri con un recitado/performance en los que los textos y canciones de Dylan eran eje y contenido absolutos. Entonces, Iker, actor y director vasco con más de 25 años de experiencia en el mundo del doblaje profesional y que ha trabajado en empresas y estudios de producción para cine, radio, televisión y formatos multimedia, nos decía que “yo, de joven, estaba más cerca de la música euskaldun, pero fui accediendo al mundo dylaniano y, no sabes bien por qué, la verdad es que los discos de Dylan, el mayor poeta del rock, me han acompañado toda la vida”. Matizaba que “me parece impactante el personaje, sobre todo la primera parte de su vida, cuando apenas tiene 20 años, con esas canciones tan potentes, con unas letras que son la bomba, y eso nada más empezar su carrera como creador”. Dylan, añadía Iker Díaz “en una época de grandes cambios sociales, logró sacudir conciencias con una enorme clarividencia, pues sus mensajes siguen vigentes hoy mismo, muchas décadas después”. En cuanto al valor de las letras de Dylan, matiza Iker Díaz: “Sí que responden a las interrogantes que plantea la actualidad, pero creo que lo hacen más a las preguntas que nos hacemos hacia nosotros mismos, no tanto a lo que ocurre en el nivel exterior, en el plano económico, social y político; aunque, no lo olvidemos, quienes toman las decisiones que nos afectan a todos son también personas”. “En esta coyuntura de crisis económica, de valores, de incertidumbre…”, concluía Iker hace ya tres años, “más que nunca es valioso y útil el mensaje de Dylan, que propugna el cambio interior, individual, personal”.

3) CONCIERTO/JAM SESSION DYLANIANA: serán muchos y conocidos los cantantes y músicos locales que se subirán al escenario de La Estación de Neguri para interpretar las canciones de Dylan y, calculamos, en un par de horas más o menos, harán un repaso a las mejores canciones de Bob Dylan. Si no lo haces del todo mal y de te sabes bien una canción del bardo de Minnesota, puedes tener tu momento de gloria, sí. Pero pensamos en ti, y en nosotros mismos, más como público que como cantante, a qué engañarnos.

Pues nada, lo dicho. MUCHAS GRACIAS a quienes amablemente (Joserra, Iker, músicos que harán la jam session dylaniana) atendido a nuestra llamada y nos citamos para este miércoles a las siete y media. No faltéis. Ah, deciros que para la parte de la charla y el recitado pondremos SILLAS, que quitaremos después para hacer sitio para el concierto.

Hala, que paséis un feliz martes, y hasta mañana.

Os dejamos con un joven Bob Dylan haciendo ¡hace una semana!, en el festival Desert Trip, en Coachella (California, EEUU) su inmortal “Like A Rolling Stone”. En tres días tocaron Dylan, Rolling Stones, Paul McCartney, Roger Waters, The Who y Neil Young. No está mal (“las entradas se vendieron tan rápido el pasado mayo que los organizadores decidieron repetir el festival al fin de semana siguiente” leemos por ahí).

Lo dicho, hasta mañana. Dylan nos convoca.

Menudo enero de mierda

HOY, MARTES, PENSÁBAMOS EXPLICAROS :

1) POR QUÉ NO PUDIMOS HACERNOS ECO DE LA MUERTE DE DAVID BOWIE (en nuestra nada documentada opinión, junto a Lou Reed, Bob Dylan, Neil Young y Tom Waits, en ningún orden, el quinteto de dioses de la música popular que más nos gusta)

2) y asimismo COMENTAROS TAMBIÉN SI «EL HIJO DE SAÚL» (ya sabéis, la peli que versa sobre el comportamiento y la mirada de un prisionero, judío húngaro, encargado de quemar los cadáveres de su propia gente en los hornos preparados a tal fin en el campo de concentración de Auschwitz) nos parecía tan desoladora y dura como se ha escrito y dicho, dándole por supuesta (quizá con excesiva indulgencia) una deslumbrante calidad artistica.

3) También pensábamos deciros que la exposición de acuarelas de SANTIAGO LOBIT está gustano muchísimo ala gente que ya la ha visto, y que el pasado sábado que se inauguró hubo unambiete estupendo en la Estación de Neguri.

4) Y, mirad que teníamos cosas que contar, también íbamos a comentar hoy que ayer, lunes, lo pasamos estupendamente en el ARRIAGA bilbaino en la representación de LA COMEDIA BALLET «Monsieur de Pourceaugnac», escrita en el siglo XVII por Moliere, musicada por Lully y con el tema baile a cargo del coreógrafo Pierre Beauchamp; la puesta en escena de esta producción, muy atinada, es responsabilidad de Clément Hervieu-Léger y, en lo musical, del genial William Christie, director de nuestros amadísimos “Les Arts Florissantes”, que tocaron en vivo ayer conducidos por el propio Christie, que además tocó el clave, y en formato de diez músicos (cuerdas, flautas, tiorba y percusión) ungidos todos ellos de la gracia divina del maravilloso barroco francés.

Pero todo se nos ha ido al traste, porque este infame enero de 2.016 se ha llevado, además de a Bowie, a otro de los grandes grandes, cuya voz forma parte imborrable de (lo mejor de) nuestra adolescencia y de nuestra vida entera: GLENN FREY, quizá la pieza más importante de EAGLES, una banda que, por mucho éxito mundial que tuviera y siga teniendo, siempre nos pareció lo mejor de lo mejor. Los llevamos muy muy dentro, y ahí se quedarán. Para siempre. Adiós, Glenn. Gracias, de corazón.

Quien fuera su compañero en los Eagles durante 45 años, Don Henley, acaba de difundir esta nota en la que lo recuerda y se despide de él. Cuesta imaginar mejor homenaje. Volvamos a leerlo:

“Era como un hermano para mí, éramos una familia, y como la mayoría de las familias, hubo algunas disfunciones. Pero el vínculo que forjamos hace 45 años nunca se rompió, incluso durante los 14 años en que los Eagles estuvieron disueltos. Éramos dos jóvenes que hicieron la peregrinación a Los Ángeles con el mismo sueño: dejar nuestra impronta en la industria de la música; y con perseverancia, un profundo amor por la música, nuestra alianza con otros grandes músicos y nuestro mánager, Irving Azoff, construimos algo que ha durado más de lo que nadie podría haber soñado. Pero, Glenn fue el que lo empezó todo. Era la chispa, el hombre con el plan. Tenía un conocimiento enciclopédico de la música popular y una ética de trabajo a la que no renunciaba. Era divertido, testarudo, impredecible, generoso, muy talentoso y trabajador. Amaba a su esposa e hijos más que a nada. Estamos todos en un estado de shock, incredulidad y profunda tristeza. A finales de julio cerramos triunfalmente los dos años de “History of the Eagles Tour” y ahora se ha ido. No estoy seguro de si creo en el destino, pero sé que las caminos que se cruzaron con Glenn Lewis Frey en 1970 cambiaron mi vida para siempre, y con el tiempo tuvo un impacto en las vidas de millones de personas en todo el planeta. Será muy extraño seguir en un mundo sin él. Pero voy a estarle agradecido, todos los días, por haber estado en mi vida. Descansa en paz, hermano mío. Hiciste lo que te propusiste hacer, y algo más”.

Escuchando, una vez más de las miles en que la hemos escuchado, «Lyin’ Eyes», y viendo cantar a este maravilloso vocalista hace casi 40 años, contenemos justito justito la emoción. Y le decimos, con admiración y respeto, adiós, Glenn.

Cuando, en medio de una conversación sobre la music que nos gusta, buscamos un ejemplo perfecto de lo que es cantar con talento natural y técnica perfecta,y, más importante aún, trasmitiendo autenticidad y sensibilidad, a menudo nos viene tu nombre, GLENN FREY, a la mente.

Primeras confirmaciones del BBK LIVE 2.016

Lo de contratar a los celebradisimos PIXIES (ídolos del indie rock para los aficionados que los prefirieron a los Nirvana en los 90s y que hoy tienen más 40 pero no han llegado a los temidos 50 años), como uno de los cabezones de cartel, aunque se haya separado recientemente del grupo su emblemática bajista (Kim Deal), es un acierto incontestable y pone alto el listón para los siguientes nombres a sumarse en letras mayúsculas al cartel. De los nombres que se barajan (Artic Monkeys, Killers, Arcade Fire, Coldplay, Metallica, Foo Figthers…) apenas alguno despierta interés hoy en nosotros.
Pero ayer noche, inopinadamente y mientras estábamos haciendo tiempo para ver a Alela Diane en Donosti (fan- tás-ti-co concierto de folk esencial, intensivo y encantador de una cantante privilegiada que te transporta a no se sabe donde, pero donde apetece mucho estar), llega un mensaje a nuestro móvil que nos informa de que hay dos confirmaciones más para el BBK LIVE del año que viene. Y son ni más ni menos que dos de nuestros artistas más favoritos de estos últimos años: FATHER JOHN MISTY y COURTNEY BARNETT, ambos autores de dos de los mejores discos de este 2.015. Hemos hablado en este muro de La Estación muchas veces de los dos pero hagámoslo de nuevo, que la ocasión lo merece. Y es que nos nos creemos que los programadores hayan logrado contratar a dos de las mayores figuras del rock de autor actual.

Al norteamericano FATHER JOHN MISTY lo conocemos y amamos desde su época de cantautor folk atormentado, por no decir desolador, con el alias J. Tillman e incluso llegamos a verle en directo en Bilbao teloneando a Jesse Sykes, la bella y frágil dama del country/noir. Hoy, con su nuevo nombre artístico, es una figura de alcance mundial y deseada por todos los festivales que factura un pop-rock grande, casi solemne por momentos y de muchos quilates, con diversas y enriquecedoras referencias (jazz, r&b…) y dosis insanas de intensidad y emoción en las canciones de sus ya dos discos, ambos estupendos ; el último, “I love you, Honeybear” figurará, apostamos, en las más prestigiosas listas de lo mejor de 2.105. Fijo.

Y de la joven (27 añitos) australiana COURTNEY BARNETT solo podemos decir que gusta a todo el mundo que aprecia el rock de autor corajudo y rebelde que no renuncia a crear canciones bellas y memorables, que cuenta cosas importantes y arriesga con talento y sin titubeos, tanto al sumar influencias de otros artistas (apunta: Lucinda Williams, Pj Harvey, Patti Smith, Bob Dylan) como al sintetizar estilos de riesgosa mezcla: folk y punk, cantautor y psicodelia, pop, garaje y country…. Su único disco largo hasta la fecha, “Sometimes I sit and think and sometimes I just sit”, publicado este año deslumbró a toda la crítica especializada. Es una de las dos o tres voces femeninas más apasionantes del momento (¿otras que nos encantan hoy mismo? Julia Holter, Joanna Newsom, Sharon Van Etten…). Diana absoluta del BBK Live, por tanto, también la confirmación de COURTNEY BARNETT, en un cartel que, solo con lo ya anunciado, promete ser una de las mejores ediciones de este festival, que el año pasado nos decepcionó un poco.

Os citamos para que nos visitéis a lo largo del día y la tarde/noche de hoy viernes en La Estación de Neguri, y os dejamos con una de nuestras canciones favoritas de FATHER JOHN MISTY, a quien veremos 100% seguro en el BBK Live. Es la que da título a su nuevo disco y se trata de un single en toda regla; la has escuchado un millón de veces en nuestro local. De momento, muchísima suerte con lo que se ha revelado del cartel del BBK Live 2015, a ver si sigue la racha.

Courtney Barnett: una revelación musical

Os presentamos la música de uno de los grandes nuevos valores de la música folk-rock planetario: la joven australiana (es de Melbourne y tiene solo 25 años) COURTNEY BARNETT. Todo el mundo habla de ella, y por algo es uno de los nombres que más expectación ha despertado en el (como cada año) rutilante cartel de la edición 2014 del festival de festivales, el Primavera Sound, que se celebrará en Barcelona dentro de un par de meses. Las fascinantes canciones de COURTNEY BARNETT, gran letrista , estupenda compositora y dotadísima cantante, nos remiten a artistas legendarios como Lucinda Williams o Bob Dylan, y a una de las más sólidas referencias del rock femenino de los 90s y 00s, Pj Harvey, ahora felizmente pasada al folk raruno y al neo-blues, pero también a cantautoras folkies surgidas este siglo, como Alela Diane o la novísima Angel Olsen. En su personal estilo, y esto es quizá lo que más nos gusta de COURTNEY BARNETT, se aprecian influencias tan dispares como el rock de garaje, el Angel Olsen… Esta diversidad tan fértil se nota mucho en sus canciones, que suenan muy distintas una de otra, tanto en cuestión de tempos como de instrumentación, composición y sonido. Solo ha publicado un disco, que en realidad no es tal sino la suma de sus únicos dos Eps editados hasta la fecha; por algo se titula “The Double EP: A Sea of Split Peas”. Es un discazo, 100% recomendable, en el que no hay una sola canción mediocre ni de relleno. El tiempo acostumbre dictar sentencia en esto de los artistas revelación, y quizá el globo de desinfle con los siguientes discos de la joven cantautora australiana, pero de momento seguiremos disfrutando con este descubrimiento, que no puede ser más gozoso. El tema que hemos elegido, “Out of the woodwork”, abre el disco y es uno de los más lentos, folkies e intimistas; a ver si te gusta.