Ryley Walker – In Castle Dome

ATHLETIC, la music en FIESTAS DE BILBAO Y RYLEY WALKER.
Martes, ganó el Athletic con suerte y trasladando buenas y malas noticias. Buen debú inesperado de Unai Simón, cuarto portero del club hasta anteayer; nuevos jugadores (Nolaskoain, Yuri y Dani García) que funcionaron bien, y veteranos que no han sabido aprovechar sus oportunidades relegados a la grada, donde están muy bien, un Berizzo que trasmite, al menos, pasión y conocimiento… y en lo negativo: Remiro se nos va, lo presiento, y tengo sensaciones encontradas cuando pienso en la situación que está viviendo (¿para qué queremos el dinero de la venta de Kepa, para regalárselo a algún jugador mediocre de la Real? ¿en que momento a un deportista que aún no ha debutado en Primera se le sube la tontería y reclama un contrato de figura consolidada?); Aduriz, pese a estar cuidado entre almohadillas, acaba lesionado a las primeras de cambio y sin que mediara situación de riesgo; el equipo sigue sin reflejar patrón alguno de juego y se echa en falta calidad individual en control de la pelota, centros al área, disparo y remates con peligro, pases con talento, desmarques…; los lacerantes defectos de la temporada pasada permanecen casi todos… y eso nos lo evidencia el Leganés. Todo un espejo, tan realista como cruel, que nos coloca en nuestro sitio, el del tercer nivel de la Liga. Ayer si cambian las tornas. Va a costar.

Por otra parte, estamos pensando en no ir a la ASTE NAGUSIA bilbaina hoy, y es que se solapan en la hora los tres cabezones de cartel de la noche, todos con comienzo a las once y cuarto-y media de la noche, un auténtico drama para el buen aficionado a la music; a saber, Hombres G, Gwendal y los mariachis de Elegancia mexicana. No pasa el tiempo, parece el cartel de hace 30 años. Pasa en todos los festivales, lo del solapamiento queremos decir (y quizá lo otro también, je), pues qué se le va a hacer…

Nos tendremos que conformar con escuchar nuestra music favorita en casa. Este verano lo ha sido, y mucho, la del nuevo álbum de RYLEY WALKER, “Deafman Glance», una delicia de principio a fin, en la que el bueno de Ryley, buen cantante y espléndido guitarrista sale de su sillón folkie de aroma neo-country con reminiscencias jazz de sus últimos discos y enriquece sus canciones folkies/cantautor urbano guitarristicas de siempre con sonidos abiertamente jazz, kraut-rock, psicodelia de banda (je), rock progresivo y en ese plan. Tan bueno, tan enredadidto y tan multiestilo (se escapa con frecuencia de los estándares del folk y la americana, por ejemplo) que no gustará a mucha gente, veréis. Suena a demasiadas cosas a la vez (si es que incluso recuerda a veces no al gran John Martin de siempre, sino a Oldham -fijate en la canción que te sugerimos escuchar más abajo, y verás- o Kozelek…) , pensarán muchos; y es verdad.

«In Castle Dome» abre el disco y da al oyente una perfecta idea de por dónde va esta nueva y arriesgada obra del joven (no ha cumplido los 30) músico de Chicago, un artista grande abierto a los cambios que, tras publicar en 2015 un discazo, «Primrose Green», elogiado por todo el mundo y por el que aún se le sigue conociendo, no ceja en su empeño de buscar, y encontrar (asumiendo riesgos que pueden ir contra los gustos establecidos y dañar así su -suponemos- exigua cuenta corriente) espacios sonoros fértiles donde sembrar y recoger.

Alejemos la leña del fuego

A mi siempre me enseñaron que los problemas que mejor puedes resolver son los que tú mismo, de uno u otro modo, generas. Luego queda la otra parte del problema, en la que tú difícilmente puedes intervenir, pero al desembarazarte de lo tuyo ya te has quitado un peso de encima y has contribuido a resolver el problema; además, te has situado en otro plano, más positivo y empático, para abordarlo.

Creo que esto es aplicable a lo ocurrido ayer en las inmediaciones de San Mamés, con el trágico saldo de una víctima mortal.

Que cada club (comenzando por el Athletic) se haga cargo de la gentuza (ultras, violentos, etc) que provoca, molesta y agrede bajo su bandera. Y que se los quite, de una p. vez, de encima. Cada club, los suyos. Sería un buen comienzo. Puede hacerse, lleva su tiempo pero es posible; algunos clubs lo han logrado, imitémosles.

Empecemos por deshacernos de nuestros propios cafres, que hay mucho trabajo. Quienes gritaban «fascistas» o «hijos de puta» para provocar a los aficionados rivales no creo que fueran rusos. Me suenan, estas imprecaciones, a un idioma más familiar, como más cercano.

Nuestras condolencias a la familia del ertzaina fallecido. Lo que más jode es que todavía hay quien sigue viendo estos incidentes, estas actitudes chulescas, groseras, violentas, xenófobas y fanáticas como un juego, como algo inherente al fenómeno «hincha» del fútbol. Pues no, de ningún modo. Esto hay que erradicarlo, como sea. Está en nuestra mano resolver, al menos, nuestra parte del problema. ¿Cómo se hubiera desarrollado la noche de ayer si los fanáticos del Athletic, (los de aquí, vamos, que no sé yo si esta gentuza ama de verdad al club y a su historia) no hubieran provocado (o entrado al trapo, lo mismo da) a los cafres rusos?

Feliz finde, pese a todo. Os dejo aquí un temazo de THE PALACE OF LIGHT (Iñaki Hanky Panky, ya estás guardándonos un ejemplar, y enhorabuena por la reedición de este discazo de cuya existencia he sabido hace pocos meses, gracias al exquisito trabajo de Hanky Panky Records, je).

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Para los amantes de la buena music de los 80s, info añadida:

«THE PALACE OF LIGHT
– BEGINNING HERE AND TRAVELLING OUTWARD –
Expanded edition (2 CD Gatefold card sleeve– HPR 030)

Reedición facturada por el sello bilbaino Hanky Panky Records, en el 30 aniversario de este LP ya clásico de psych-pop, editado en 1987 por Bam Caruso Records. Incluye CD adicional con material no editado anteriormente y una nueva grabación. En 1993, el grupo cambió de nombre a Mabel Joy y publicó el exquisito «Wish I Was», reeditado por Hanky Panky en 2013. Libreto con notas y fotos a cargo de Stewart Lee. Edición limitada de 500 copias. Julio 2017″

El Athletic, en plena crisis existencial

VIERNES Y VISPERA DE REYES. El Athletic sumido en plena crisis existencial con el problemón de la marcha de Kepa, y el folk/country sin alergias ni fronteras dándonos, casi cada día, nuevas alegrías. La music nunca nos falla, y menos mal. Hoy, CIRCUIT DE YEUX nos salva de la depre. Mañana es Reyes, y en casa seguimos celebrándolos, en pijama tras el desayuno desenvolviendo regalos y sonriendo sin parar, solo ocurre una vez al año; será que somos gente de tradiciones.

LLUEVE y casi está confirmado que NOS QUITAN A KEPA. Es porque él quiere, y se comprende: en el fútbol, la fama universal, la posibilidad de jugar las mejores competiciones del mundo y el acceso al gran dinero solo los pueden ofrecer media docena de clubs multimillonarios, la mayoría ultrafinanciados por dinero de la tele, el petróleo árabe o, en el próximo futuro, el imparable aluvión asiático. Ahora bien, ¡Viva la libertad individual y que cada uno haga con su carrera profesional y su vida personal lo que estime conveniente!, eso por adelantado.

¿Si deseamos que le vayan bien las cosas a Kepa? Pues, desde luego, tampoco lo contrario, pero no sé, la verdad. Su decisión, aparentemente muy meditada, hace daño, y donde duele: que uno de los más emblemáticos y consolidados valores surgidos de la cantera del Athletic, un chaval de Ondarroa de solo 23 años que sin haber cumplido siquiera una temporada completa en Primera con el que ha sido su equipo desde que tiene dientes y con el que en buena lógica debería soñar jugar al menos una buena parte de su vida deportiva, decida cambiar de club sin terminar siquiera la primera etapa del ciclo de su vida en el Athletic, disgusta y preocupa a los aficionados porque nos reafirma en que el poder emotivo, de cercanía y afinidad con tu terruño y tu infancia de lo que ya es más su negocio que una actividad deportiva, está tocando a su fin. ¿Qué es primero para el club, los éxitos deportivos, cada vez más inalcanzables, o la protección y mantenimiento de sus esencias y peculiaridades?

Aceptamos que si realmente Kepa fuera ya uno de los cinco o seis mejores porteros del mundo, el hecho de que el Athletic (serie media/media en el concierto mundial) no pueda retenerlo por su insuficiente fortaleza financiera respecto de los grandes clubs del futbol planetario es una desgracia inevitable a día de hoy, es decir, con la mentalidad pragmática e individualista de todas las personas, y cómo no de los deportistas que tienen una carrera profesional más corta y exigente que la de casi cualquier otro trabajador; pero que Kepa se nos escape a las primeras de cambio, sin haber demostrado apenas nada (qué menos que un par de temporadas excelentes en Primera), más allá de que apunta maneras de gran portero, es un fracaso en toda regla para el Athletic.

No es un detalle menor ni un asunto puntual; quizá el problema es de fondo, y a Urrrutia y su séquito -a los que un poco menos de soberbia y de cerrazón fundamentalista y un poco más de contacto con la cruda realidad les vendría muy bien- les falte entereza, lucidez y modestia para asumir que nuestro equipo (en un ejercicio de realismo que parece querer soslayarse) ha de saber conformarse con disfrutar solo de la primera etapa -dos, tres o cuatro años riendiendo al máximo-, de los pocos cracks que pueda generar su cantera; y nada más, porque antes o después, se irán a donde les paguen más y donde puedan luchar por objetivos deportivos más ambiciosos.

Kepa, dice la prensa blanca, se pasó anteayer por las instalaciones deportivas del Real Madrid para pasar el preceptivo examen médico. En otras palabras, ya tiene pie y medio en uno de los tres o cuatro mejores equipos del mundo. Se nos ha ido. Habrá que resignarse, es ley de vida, el dinero -y lo que conlleva- manda, pero parece obligatorio hacer un ejercicio de -profunda- reflexión cara al futuro.

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Y ahí lo dejamos, con una estupenda y enrevesada canción de la enésima revelación que nos llega de EEUU. Realmente curiosa la propuesta de CIRCUIT DE YEUX (el proyecto de la aún veinteañera Haley Fohr), que en su ya sexto disco demuestra que desde el folk (y ahí metemos, cómo no, el country alternativo) y el indie-rock menos acomodaticio se puede llegar casi a cualquier lado; emocionante, tremendo, sugerente, evocador y hermoso, se entiende.