Dos sugerencias literarias

UNA NOVELA QUE OS SUGERIMOS, por infinidad de razones, una de ellas, ayuda a comprender cómo fueron y como son y cómo funcionan las cosas en EEUU: se trata de «Pastoral americana», de PHILIP ROTH, uno de nuestros tres o cuatro escritores vivos favoritos. Se publicó en 1997, ha sido multipremiada y es una de sus obras de referencia pero aún no la habíamos leído. Y es que tiene fama de un poco peñazo. Craso error. Imprescindible, tanto como pensador como por escritor, ROTH es un animal enfurecido describiendo sus muy verosímiles pero poliédricos personajes, un cirujano que prepara la operación minuciosamente, analiza la enfermedad con lucidez, objetividad y humanidad, intenta comprenderla, se la explica al paciente, y después deja el protocolo del consentimiento informado a enfermo y familiares en la camilla para que lo firmen, y en un momento de distracción se va y les deja allí solos, porque en realidad la cura de la enfermedad está en sus manos y no en la del sistema sanitario. Dura, implacable, muy crítica pero a la vez indulgente con la forma de vida y el pensamiento judíos, la novela cuenta la vida de una familia de Newark en los años previos y posteriores a la guerra de Vietnam, pero en realidad el tema que aborda es la vida misma: la influencia de la religión en nuestro imaginario, el peso de los padres en la manera de ser de los hijos, el sueño americano de libertad y de hacerse rico, el cambio del canon moral que se produjo a parte de los años 50, la falsedad y los secretos inconfesables que sobrevuelan sobre las relaciones de pareja más asentadas, la desorientación de los adolescentes, la hipocresía de las relaciones personales en esas urbes deshumanizadas donde impera el juego de las apariencias y la competencia más descarnada, la soledad del individuo como única verdad existencial incontrovertible, las penalidades de la adolescencia, y quizá sobre todo… Las ideologías como absoluto imperfecto y frustrante que al igual que las religiones, al pretender erigirse sobre lo humano y explicar lo inexplicable generan no solo acólitos y proselitistas sino seguidores descerebrados y fanáticos que se aferran a ese acogedor sistema cerrado de ideas para acallar sus miedos y hallar un hueco mínimamente confortable en el mundo y acaban haciendo cualquier despropósito y más locos que una cabra. Si crees que el ser humano tiene alma , y que es màs conciencia que ciencia, esta «PASTORAL AMERICANA» debe ser tu novela para ese verano. No te divertirás mucho, es más bien triste y pesimista, aunque literariamente es casi inmejorable. Te apasionará y te desvelará esas cosas sobre ti mismo, sobre los demás y tus relaciones con ellos que cierto día comenzaste a preferir ignorar, porque quizás en eso consiste hacer mayor. Porque ROTH es el gran analista de la sociedad actual, el escritor total, universal, el que mejor describe el desconcierto y la insatisfacción en que estamos sumidos, tomados en cuenta uno a uno, a pesar de que teóricamente vivamos en el mejor de los mundos que el ser humano ha sido capaz de desarrollar en toda su historia sobre el planeta.

Otra sugerencia, esta (por la logística, que no por otra cosa) menos sencilla y económica que la de leer una novela muy fácil de encontrar. Se trata de LA EXPOSICIÓN DE CAMILLE PISSARRO, UNO LOS PUNTALES DEL IMPRESIONISMO, EN EL THYSSEN, EN MADRID. Es un personaje que siempre nos había interesado, por su peripecia vital (era de ideas anarquistas, a finales del s. XIX, por ejemplo) y, claro, porque sus cuadros (paisajes campestres,y urbanos en la última fase de su vida) siempre nos habían gustado. El problema era que sólo habíamos tenido oportunidad de ver en vivo no más de un par de docenas de cuadros de PISSARRO y repartidos en varios museos de diversas ciudades del mundo. Pues bien, esta del Thyssen es probablemente la Expo definitiva (los cuadros han sido prestados por museos de todo el mundos)) sobre este autor no tan reconocido como merece, que hay que ver, con casi 80 obras de todas las épocas del artista. Conocemos la obra de coetáneos de PISSARRO, como Cezanne, Monet, Degas, Renoir, Gauguin o el propio Van Gogh, y os aseguramos que la de PISSARRO es tan valiosa como la de ellos, y genera tanta o más emoción y satisfacción al espectador. Esta es una de esas exposiciones que Justifica el viaje a Madrid, no lo dudéis.

!Fiesta de bienvenida al verano con The LongBoards!

YA ESTAMOS EN VERANO, Y PENSAMOS CELEBRARLO POR MUCHO QUE LLUEVA Y LAS NUBES PAREZCAN QUEDARSE INDEFINIDAMENTE CON NOSOTROS. Además, el tiempo mejorará conforme vaya pasando la tarde, de modo que unas horas antes de que comience la FIESTA DE BIENVENIDA AL VERANO con la actuación especial de la banda de surf/rock instrumental THE LONGBOARDS

COMO SERÁ EL CONCIERTO:
«Estilo- Surf & Drag Instrumental , El repertorio del show de esta noche será un 80 % temas originales de The Longboards, con especial hincapié en el cuarto disco, «Insane», y acabaremos el concierto con versiones y temas bailables de lo mejro de la música surf: Ventures, Astronauts, Surf teens Deuce Coupes Link Wray…todo del periodo 1960-1965″.

LA MÚSICA, VINTAGE TOTAL, SÍ, PERO ¿LOS INSTRUMENTOS DE THE LONGBOARDS SON TAMBIÉN DE ÉPOCA, ORIGINALES?

«LLevamos un set de bateria DW Fender, un bajo Fender Jazz y una guitarra Mosrite Ventures modelo 1964, con amplificación ampeg 100 bajo y un Fender Showman del 63 restaurado, con una reverb externa del 64, todo ello original». Joé, impresiona, ¿no?.

Pues nada más, nos gustaría decidar unos minutos a los éxitos de las selecciones españolas de FUTBOL (cómo jugó la Sub-21, campeona otra vez de Europa…), al Príncipe de Asturias para el golfista vasco Txema OLAZABAL, a la final del MANOMANISTA del domingo en Bilbao entre Olaizola e Irujo (gana este último, barruntamos), a la prematura muerte del gran TONY SOPRANO, a la confirmación de ERNESTO VALVERDE como nuevo entrenador del ATHLETIC…, pero no hay tiempo.

Os esperamos esta tarde, a partir de las 8 y media, en La Estación. El ambiente está asegurado, al igual que la buena música, con el surf/rock de TGHE LONGBOARDS. ¡Bienvenido, deseado verano!

Os dejamos con una canción de los californianos SURF TEENS, y con un texto sobre cómo surguió la surf/music que nos ha gustado mucho, leído en el blog del guitarrista Salvador Domínguez:

«A comienzos de 1963, los medios de comunicación nos presentaron la música de surf como uno más de los cientos de nuevos bailes que surgían cada semana para desaparecer a la siguiente. Viendo el asunto desde la perspectiva de la masa social de la época, el surf era el baile que estaba desbancando de su pedestal al twist, el cual había alcanzado un punto de saturación sin retorno, después de 2 años de imparable efervescencia. La gente necesitaba nuevos pasos de baile, exhibirse en las fiestas …, estar a la moda … Así que todos sucumbieron al embrujo del surf, de la misma forma que al año siguiente caerían rendidos ante la beatlemanía y sus insólitas escenas de histeria colectiva.
Pasado el sarampión inicial, cuando se vio que detrás de toda la parafernalia bailongo-playera había un enjambre de chicos reproduciendo con guitarras, saxos, bajos y baterías el sonido de las olas del Pacífico en el garaje de sus casas, se hizo evidente que el surf no iba a ser otra moda pasajera más, ni mucho menos. Estábamos frente a una contracultura de corte nihilista, bohemia, romántica y tremendamente emocional, que pregonaba el hedonismo puro y duro desde un ángulo unívoco y machista, como nos advertía el estribillo de Surf city (Liberty, 1963), el himno por autonomasia de la música surf, que te invitaba a visitar esa ciudad virtual en la que encontrarías «dos chicas para cada chico». Vaya chollo, pensamos los más ingenuos … Los jóvenes músicos californianos que estaban modelando este género habían partido del rock´n´roll instrumental de Duane Eddy, Link Wray, The Fireballs, Johnny & The Hurricanes y The Ventures. Eddie Cochran, que, como vivió, grabó y triunfó en Los Angeles, era también un referente. Pero la principal influencia de estos chicos fue Dick Dale, de quien copiaron todo lo que pudieron y más.»

Sobre el concierto de Lucinda Wlliams en el Antzoki

LAMENTAMOS TENER QUE DECIROS QUE EL CONCIERTO DE LUCINDA WILLIAMS DE AYER EN EL ANTZOKI DE BILBAO NO SATISFIZO A NADIE QUE PUSIERA EL LISTÓN DE EXIGENCIA EN SITIO RAZONABLE Y NO SE DEJARA SEDUCIR POR LA MAGNÉTICA E IMPRESIONANTE VOZ DE LA DIVA DE LAKE CHARLES (LOUISSIANA). ¿Empezamos por lo bueno o por lo negativo? Vamos primero con lo malo, que eso nos permite terminar la crónica en positivo y mola más, deja mejor cuerpo.

Lo peor del concierto:

1) MAL SONIDO en general, penoso en particular durante el primer tramo del show. Instrumentos que se acoplaban, bajo que retumba, músicos desconcertados…, el comienzo fue poco menos que una tortura para cualquiera que tuviera noción de cómo puede llegar a sonar el Antzoki cuando lo hace bien. Este problema acuciante puso a Lucinda de los nervios, hasta el punto de que : a) en un momento dado -estábamos en primerísima fila y lo vimos claramente- se dio la vuelta y le hizo al técnico de sonido situado detrás del escenario el gesto de cortarse las venas, y b) en plena interpretación –lamentable, no dábamos crédito- de uno de sus grandes hits, “Joy», interrumpió de malos modos la canción y puso cara de “esto no puede seguir así”, para acabar diciendo “no os merecéis un sonido de mierda como este”. Poco a poco, y animada, casi propulsada, por un público fervoroso e indulgente que adora a la gran diva del country/rock, Lucinda y sus músicos se fueron viniendo arriba, los técnicos de sonido apañaron un poco la cosa y, a pesar de que no resolvieron el problema de fondo (faltó volumen desde el minuto uno hasta el final, y la nitidez y brillo en el sonido de los instrumentos fue muy escasa; una pena) acabaron dignamente la función. Nos hacemos mil preguntas, que de puro obvias ni planteamos, pero sí tenemos algo que reprochar a la reina Williams: sabemos -de la mejor tinta posible- que no hizo prueba de sonido, llegó y tocó directamente; y eso es imperdonable, por muy Lucinda Williams que seas y por muchos 30 años que lleves dando conciertos. Los problemas hay que preverlos, y el sonido hay que ajustarlo al milímetro. Tenía razón en sus repetidas quejas, pero para algo están las pruebas de sonido, para que no ocurra, por ejemplo, que su guitarra se acoplara con el bajo, o que el sonido de retorno de su altavoz personal no le llegara. Imperdonable falta de profesionalidad, de falta de respeto a sus propios músicos, a los técnicos de sonido, al promotor que se juega los cuartos (ese Luís, ánimo, y gracias), a la sala que la programa y, sobre todo, al público.

2) DEMASIADO LLENO EL ANTZOKI, el recinto se quedó pequeño. Se lo dijimos personalmente y sin ambages al programador de la sala y crítico musical, al que conocemos/apreciamos desde hace años: este concierto le queda grande a la magnífica sala bilbaína, incapaz de ofrecer condiciones adecuadas de comodidad y visibilidad a tanta gente, a unos aficionados que pagaron 30 euros para ver el evento. Demasiada gente, así de simple. En Bilbao y alrededores hay recintos mayores y más apropiados para un evento de esta magnitud.

3) Una parte (significativa) del PÚBLICO se mostró CHARLATANA, IRRESPETUJOSA CON ARTISTAS Y AFICIONADOS, resultó INSOPORTABLE, DABAN GANAS DE PEGARLES, y no callaban por mucho que insistiéramos educada y reiteradamente en que cambiaran de actitud. Vimos la mitad del concierto en primera fila y la otra mitad en las últimas posiciones, para tener un poco más de espacio vital. En ambas ubicaciones, el mismo problema, mucho más acusado en la zona de barra y puertas, atrás del todo: la gente no callaba, incluso chillaba para oírse los unos a los otros, pero no de fervor entusiasta por la música ni doblando las canciones, sino conversaciones cualesquiera, incluso sobre temas domésticos que se imponían a la música, increíble; bajo el efecto de los tragos y la alegría de sentirse en un momento especial, el caso es darle a la húmeda, divertirse y molestar. Insufrible, dan ganas de no ir nunca más. ¿A qué va alguna gente a los conciertos? ¿Piensan que es lo mismo que estar en un bar? Una cosa es hacer comentarios ocasionales sobre tal o cual canción a tu amigo de al lado, otra es cascar como una cotorra todo el concierto; a voz en grito, además.

4) EL FORMATO TRÍO no fue el mejor posible, decepcionó, limitó demasiadas canciones. Por una parte, echamos muchas veces en falta la batería. Además, Lucinda -inopinadamente- incluyó muchos temas rockeros (“Joy”, «Drunken angel”, “Car wheels on a gravel road”, “Essence” y «Honey bee», entre ellos) en su setlist, en lugar de ofrecernos sobre todo temas lentos, baladas y blues, más apropiados para la ocasión. Y, por otra parte, tocando los instrumentos, ninguno de los tres tuvo su día. Lucinda acabó (dos o tres temas) cantando sin guitarra, de puro asqueada de que no sonara como es debido, el bajista David Sutton anduvo despistado casi todo el set, y el magistral guitarrista Doug Pettibone, que dejó constancia tanto de su clase como instrumentista como de la personal –qué paciencia y sangre fría demostró en los tramos complicados del concierto…- apenas nos puso la piel de gallina en un par de ocasiones, y eso para un musicazo como él es muy poco. En otras palabras, incluso al mejor escriba le sale un borrón.

Lo mejor:

1) LA VOZ de Lucinda Williams. Impecable, perfecta en tono, brillo, color, potencia, frescura, claridad…, nadie canta como ella, es única, tiene ese don de contadísimos artistas, una voz inconfundible, profunda, grande y delicada a la vez, hermosísima, evocadora hasta emocionarte fuera de lo común, y técnicamente portentosa. Es que da altos increíbles, escalofriantes, no solo sin esforzarse ni marcar venas en el cuello sino sin apenas abrir la boca. En esto es como Tracy Chapman (la vimos hace más de 20 años y aún no lo hemos olvidado), un fenómeno de la naturaleza. Al cante, Lucinda estuvo genial, mucho mejor que cuando vino con banda (como ayer, solo que con batería) hace tres años y cantó como lo que es (una diosa que trasciende los estilos y que gusta a todo quisque), especialmente en las lentas, como “Greenville” o “Blue”. Solo por escuchar una canción en directo de esa voz divina merecía la pena pagar la entrada.

2) DOS HORAS DE ESPECTÁCULO. La profesionalidad de la que careció al no hacer prueba de sonido la derrochó –para nuestro alborozo- al alargar (en reconocimiento expreso al público) hasta las dos horas su show, algo inusual en un concierto rock y más en una señora de 60 años. Y al ir superando poco a poco los problemas de sonido y de conjunción – musical y anímica- con sus dos músicos y acabar ofreciendo un recital aseadito, no del todo convincente pero bueno… con las canciones que tiene Lucinda y con esa voz, poco es mucho, muchísimo.

Podríamos hablar sobre el setlist (cada aficionado iba con el repertorio soñado en su cabeza y nosotros no íbamos a ser menos…), y lo dejaríamos en notable raspado (la canción que presentó como del nuevo disco no nos dijo gran cosa, algunas que rescató de su discografía no nos parecieron bien elegidas, la versión de Dylan no entusiasmó…), porque aunque se dejó demasiadas buenas sin tocar, las que hizo las interpreto bien o muy bien casi todas. También podríamos criticar cómo canta algunas de sus canciones más míticas y/o añejas, ahorrándose los quiebros más complejos, simplificando los fraseos y melodías.., pero bueno, incluso así sonaron dpm.

En fin, un concierto con excesivas contingencias, que al final se resolvió satisfactoriamente, pero que pudo haber sido mucho más. Con cuatro aspectos mejorables del todo objetivos, que marcaron indeleblemente la función: 1) el sonido 2) el formato trío, 3) la sala, pequeña, y 4) el comportamiento de parte del público, que parecía pensar que estaba en su bar de siempre y no en una sala de conciertos, escuchando a una artista a la que todo el mundo debería ver al menos una vez en la vida.

Os dejamos con ella y con una de las cancionacas que hizo ayer, la mítica “Essence”, deseándoos un feliz domingo, amigos/as.

¿Quién es Jonathan Wilson, que tocará el mismo día que Neil Young en Biarritz?

Saber, sabíamos que existía y a qué se dedicaba, ese estilo que llaman americana songwritter alternativa, el country/rock de siempre acercado a los espacios del indie/folk/rock, en su versión más melódica, amable y mullida. Hermosos destellos 60s, guitarras acústicas cristalinas, voces impecables, sentimentales y evocadoras… nada que oponer así en general, pero es que dentro de esta etiqueta la música que conociamos de Jonathan Wilson no sparecía que bordeaba -no tanto como peligrosamente, pero…- los límites de lo que podríamos llamar música comercial o predecible, esa de consumo fácil y carente de sorpresas o hallazgos en materia de composición, arreglos o sonido, lo que ya mola menos, pero bueno… reconozcamos que no habíamos explorado mucho en sus discos precisamente por eso, porque en este negociado ya estamos bien cubiertos de músicos de primera talla y no sentíamos necesidad de sucedáneos ni artistas de un nivel simplemente correcto. Pero hete aquí que buscando, hemos topado con este video en directo de JONATHAN WILSON con su banda haciendo un precioso tema de su segundo y hasta el momento último disco, “Gentle Spirit” publicado en otoño de 2011, y mira, no está nada pero nada mal. Y el chico/señor canta muy bien, eso no puede negarse. Incluso tiene un video de un concierto de más de 40 minutos con banda que mola lo suyo.-

Toca el mismo día: habrá que verlo en Biarritz cuando vayamos al concierto de NEIL YOUNG, ¿o no?
Os lo dejamos aquí abajo. No perderéis el tiempo si hacéis clik en el video que os proponemos de este cantautor de Carolina del Norte.

Charlas con Willie Endaya

CONCIERTO DE HOY, A LAS OCHO Y MEDIA DE LA TARDE EN LA ESTACIÓN. Han sido muchos los meses que hemos tardado en concertar esta cita con WILLIE ENDAYA, pero al final lo tendremos sobre nuestro escenario. Hablamos con él anteayer, y os contamos, muy resumidito y presentado en capsulitas de información para su más sencilla digestión, que dio de sí la conversación:

¿CÓMO SERÁ EL CONCIERTO?
“Eclecticismo radical”, así define sus planteamientos y su sonido Willie Endaya. Lo que podemos traducir como una atractiva combinación de canciones jazz, rock y pop, con dos guitarras (acústica y eléctrica) y la voz del propio Willie Endaya. Hará algunos temas propios (publicados en su -muy profesional y bien acabado- disco “One step ahead”, autoeditado en 2009) y otros de artistas consagrados como “ Louis Jordan, Sting, Peter Gabriel, Joe Jackson, The Eagles, Dire Straits, James Taylor, Phil Collins … y alguno más”. Un set elegante y enmarcado dentro de los cánones clásicos del pop, el rock y el jazz, que llegará al público con impecable sonido y ejecutado por dos músicos de altura.

LOS PRIMEROS PASOS DE WILLIE ENDAYA COMO ARTISTA.
“Veamos, empecé a los 14 años tocando canciones de James Taylor, Cat Stevens, Bob Dylan, John Denver, Elton John y Simon & Garfunkel entre otros, y poco después comencé a hacer mis pinitos como autor, cantante y guitarrista en bandas locales de Getxo. No fue hasta el 85 que fundé, junto a Txarlie Solano, el grupo De Momento donde interpretábamos mis canciones. Grabamos algunas maquetas en estudio y actuábamos donde se podía, incluyendo las fiestas del Puerto Viejo y el Festival de Folk de Getxo, donde teloneamos a la famosa banda The Oyster Band». Ya en sus “segundos pasos”, en 1990 marchó a Alemania “en busca de otros aires” y fue allí donde montó la Willie Endaya Band, “con la que actué en varias ciudades alemanas la zona y depués comencé a escribir mis canciones en inglés. Hicimos, otra vez, grabaciones de estudio pero nunca llegamos a publicar un disco por falta de liquidez económica”. Además, añade, “participé como guitarrista y percusionista en el disco At the end of the day de la banda Distant Friends con la que actuaba con asiduidad”.

LA ETAPA MÁS RECIENTE: ¿ACTOR CÓMICO?
“En el 96 comencé a trabajar con Paul Morocco en el trío cómico-musical Olé! con el que llevo trabajando desde entonces, en tareas de director musical”. El trabajo de actor cómico ocupó la mayor parte del tiempo de Willie Endaya estos últimos años, pero esta curiosa etapa también tuvo repercusión en su formación y evolución como músico, ya que “me obligó a tocar la guitarra con los dedos «fingerstyle» (o sea, prescindiendo de la púa), lo que me ha ayudado a encontrar mi propio estilo con el instrumento. Reconoce, no obstante, que la dedicación profesional a este espectáculo de humor ha relegado a segundo plano su carrera musical, “aunque siempre he seguido componiendo. De hecho, autoproduje y publiqué mi primer disco en 2009 y en los ratos libres estoy trabajando en el segundo…. y vendrán más, ya que material no me falta”.

SUS INFLUENCIAS MUSICALES
“En la primera época, mis influencias fueron tan dispares como variadas. Desde el Blues de John Mayall y Eric Clapton, el rock progresivo de Pink Floyd o Genesis, la peculiar guitarra de Dire Straits, el «groove» de The Police, o la sofisticada versatilidad de Joe Jackson, pasando por cantantes de jazz como Billie Holiday, Chet Baker o Ella Fitzgerald, o roqueros como Led Zeppelin. Me lo tragaba todo.” Ya en la actualidad, “de las influencias que he tenido algunas me volvían loco pero ya no las escucho a menudo, quizá porque tampoco hay tiempo para ello. Creo que, de todas ellas, las que más han impregnado mi música han sido la forma de tocar la guitarra de James Taylor, la versatilidad musical de Joe Jackson, los esquemas rítmicos de Sting y The Police, y las grandes melodías de los estándares de jazz.

QUÉ MUSICA LE GUSTA ESCUCHAR

“Podría decir que no tengo música preferida, depende del momento. Me gusta la música….pero no toda. La que me interesa es la que me llega, la que me dice algo. No me interesan las etiquetas, me limitan. De vez en cuando oigo alguna canción que me sorprende por no ser una copia de algo ya escuchado. Después de todo este rollo te diré que cuando me preguntan qué tipo de música hago, mi respuesta es: Eclecticismo Radical”.

Hasta aquí la info sobre el concierto de hoy y su principal protagonista.

LA CANCIÓN DE HOY:

¿Louis Jordan? ¿quién es LOUIS JORDAN?, nos preguntamos desde anteayer que hablamos con Willie Endaya, que nos comentó que iba a interpretar alguna canción de este artista. No le conocíamos de nada, y eso duele; sobre todo, cuando indagas un poco y te encuentras con joyas como la del video que te sugerimos ver para dar por terminada tu vista a nuestra página de actualidad. Enterémonos, pues: LOUIS JORDAN, saxofonista y cantante de blues nacido en un pueblo de Arkansas en 1908 y fallecido 67 años más tarde en Los Angeles (California), comenzó a ser conocido profesionalmente como miembro de la orquesta del baterista Chick Webb, coincidiendo en la banda con la inmortal cantante de jazz Ella Fitzgerald a mediados de los años treinta. En 1938, Louis decidió formar su propio grupo, The Timpany Five. Louis Jordan, será recordado, además de como uno de los pioneros del jazz y del rhythm and blues, “por su sentido del humor y las dotes de «entertainer» que caracterizaron a este brillante músico popular”, leemos en una web especializada en biografías de jazz, donde nos indican asimismo que “su repertorio se nutría de elementos anexos al jazz, como el boogie woogie y el rhythm and blues. El invento americano de las jukebox, las máquinas de música habituales en bares, garitos y clubes de EEUU, le valió a Jordan para adquirir una gran popularidad con canciones que fueron número uno en listas de éxitos: «Let the Good Times Roll» o «Five Guys Named Moe» fueron ejemplos de ese éxito. En aquélla época el éxito de sus canciones le llevó grabar con figuras del espectáculo musical americano como Armstrong o la propia Ella Fitzgerald.” Pues nada, ya hemos ampliado un poquitín nuestra exigua cultura musical.
Y, ahora, a disfrutar con el video. Y esta tarde/noche, nos vemos en el concierto de La Estación, a las ocho y media

EDITORIAL: Agradecimiento a nuestros clientes

Queremos AGRADECER vuestra amabilidad a todos los que nos felicitáis, ya diciéndonoslo en el bar ya comentándolo en el propio muro, por esta página de Facebook, por las cosas que contamos y/o las fotos que publicamos y/o la música, libros, cine, etc. que os sugerimos. Gracias, pues, y si os sigue apeteciendo, ya sabéis dónde estamos en Internet; en el mundo físico no hace falta decirlo: justo enfrente de la estación de Metro de Neguri, en Getxo, Bizkaia). Somos un local nuevo, con apenas año y medio de vida y en una zona donde jamás hubo bar alguno, y –creednos, por mucha gente a que a veces veáis en el local- nos está costando Dios y ayuda salir adelante (la crisis es implacable; y de los bancos, los proveedores, el Ayuntamiento y demás entidades… no vamos a decir nada, que nos tienen atrapados y cogiditos por ahí, por donde más duele), y este apoyo y estos reconocimientos se agradecen muchísimo, de verdad de la buena. Ni esta página de F. ni la actividad cultural/hostelera del local son cosa sobresaliente, lo sabemos de sobra, pero ambos suponen una dedicación continua importante, y la cercanía de la gente viene muy pero que muy bien. GRACIAS A TODOS.

También queremos agradecer a los numerosos MÚSICOS Y BANDAS que se ponen en contacto con nosotros (Facebook es una gran herramienta de comunicación) ofreciéndose para tocar en La Estación de Neguri. No siempre llegamos a concertar una fecha de actuación, por diversos motivos, pero nos encanta que los artistas se pongan en contacto con nosotros y que, poco a poco, podamos programarles en nuestro local; porque, la verdad, aunque tengamos nuestras preferencias, bien conocidas por muchos de vosotros, estamos abiertos a (casi) todos los estilos. Estas últimas semanas, por ejemplo, hemos tenido propuestas de músicos de jazz, sonidos, latinos, swing, blues, folk en plan étnico y espiritual, jazz vocal, indie-pop, clásicos del rock,garaje-rock, country/bluegrass, soul/jazz, música clásica de cámara, flamenco… , solo nos falta góspel y música ligera en plan Camilo Sexto…

Tenemos ya CONFIRMADOS CINCO CONCIERTOS, de los que iremos informando según se acerquen las fechas, pero sabed, queridos artistas, que seguimos abiertos a vuestras propuestas, y que para nosotros, que sintáis que se aprecia vuestro trabajo y que os lo paséis bien antes, durante y después de la actuación sobre nuestro escenario, es muy importante. Gracias a los muchos que ya habéis pasado por aquí, a los que lo haréis próximamente y también a vosotros, los que por una u otra razón no habéis podido tocar en La Estación. Tiempo habrá, no preocuparse.

y 5) Deseándoos un feliz domingo, NOS DESPEDIMOS con «Kiss» una canción en dueto primorosa, interpretada por dos artistas que militan en las orillas más agrestes e indómitas de la música de raíz, los cantautores y en general, folk y el rock: el genial y reconocidísimo faro del alt-country BONNIE PRINCE BILLY (por resumir, BPB) y la singular y atormentada cantautora folk/rock británica SCOUT NIBLETT (imaginemos una combinación de la maravillosa y reiventada PJ Harvey con nuestra adorada Julie Doiron y la exitosa y sensual Bat for Lashes), que está de actualidad por publicar su séptimo disco, estupendo por cierto, de título “It´s up to Emma”.

Esta “Kiss” que os ponemos hoy venía en el disco This Fool Can Die Now’ (2007), en el que la a su modo atractiva y casi siempre arisca y esquiva (en escena y en sus discos; en lo personal no sabemos cómo será) Emma Louise Niblett, incorporaba a Will Odham (sí, nombre real de BPB) como colaborador en algunas canciones. “Kiss” no dejó impresionados en su momento y aún no ha perdido la capacidad de impresionarnos y emocionarnos. Y es que Scoutt Niblett es de esas artistas que si hubiera adecuado un poco su propuesta musical a lo que se lleva, incluso en la escena menos comercial, que es la suya, hubiera triunfado a lo grande, porque lo tiene todo. La hemos visto tres veces en directo y puede presumir de carisma escénico, del encanto de las artistas raras e incorruptibles, de una voz potentísima pero también delicada y bellísima, de una indudable competencia tocando guitarras y batería, y de un repertorio repletito de buenas canciones en lo musical y en lo lírico (las relaciones personales y de pareja son su eje temático principal). O sea, que SCOUT NIBLETT es una artistaza de tomo y lomo. Una de las veces que la vimos en vivo puso en pie en el Auditori de Barcelona (con una banda escueta y erigida ella en absoluta protagonista) a 3.000 personas y no es fácil lograrlo en ese templo: era en el Primavera Sound, y abundaban en las butacas aficionados exigentes y entendidos, y no lo decimos por nosotros. La pena fue que no apareciera Oldham en el escenario a hacer «Kiss» con ella, porque era precisamente el año en que sacó ese disco.

A ver si os gusta «Kiss»; el momento en que entra el gran Oldham y también en el que cantan juntos Will y Scout por vez primera en la canción es estremecedoramente bello.