La inagotable cantera musical americana

LUNES FESTIVO, nuboso y fresco pero parece que va a despejar. ¿Uno de nuestros más tontolabas lemas?: «ningún día sin un emocionante y fresco disco de folk/country/blues».

Hoy os traemos a un nuevo valor de la inagotable cantera norteamericana en este negociado: AL SCORCH, veinteañero de Chicago que compone sus canciones de perdedores, calles poco transitadas y esperanza en un horizonte más acogedor, y, además de cantarlas primorosamente, toca el banjo y la guitarra.

Folk, country, bluegrass, detalles jazz y pop naif, aire punk, en fin… una gozada, la música que más fácil nos sigue entrando incluso de buena mañana.

Leemos sobre la music de AL SCORCH lo siguiente: «Se habla también con lógica de su fusión entre el más puro bluegrass y hillbilly americano con el punk y folk europeos. Se cita a Billy Bragg, Johnny Cash, Social Distortion, Mekons, John Prine, Woody Guthrie, Black Flag, Stanley Brothers o Jon Langford al hablar de él y su música. Tampoco me extraña en absoluto». Lo escribía hace solo un mes Txema Mañeru en su web especializada elgiradiscos.com

Su segundo disco, «Circle Round The Signs», publicado este mismo año, ofrece varios temazos incontestables, en los que suenan, además del omnipresente banjo de Al Scorch, contrabajo, batería, violín, guitarras… todo ello, naturalmente, 100% acústico. Una de las canciones que más nos gusta es «Lonesome Low», en el que Al Scorch muestra su duende como creador de estribillos y estupendo cantante.

En otra interesante reseña (leída en el blog «hijosdechinaski») comentan que «su nuevo disco, Circle Round The Signs, no puede ocultar el origen de Al Scorch como miembro de bandas punk en canciones como la acelerada «Insomnia» aunque es indiscutible que debemos caracterizarlo de country o bluegrass. Pensándolo bien, quizá sería el momento de inventarse una nueva etiqueta y llamar a esto algo así como punkgrass. No le iría mal. Porque esa es la actitud que transmiten las diez canciones de este álbum severo y, a ratos, hasta descarnado desde la amabilidad. Golpetazos rotundos que tienen los instrumentos acústicos como único eje y que esconden auténticos himnos como «Lonesome Low». Abriendo las ventanas sonoras a géneros como el soul o el folk pero siempre conservando una conducta guerrillera. Inconformista».

Aquí lo tenemos haciendo precisamente (je) este temazo en concierto.

Buen lunes festivo y ya lo sabéis, os esperamos en La Estación de Neguri. Hoy pincharemos este disco de AL SCORCH a base de bien. Loooooonesome low, Loooooonesome low, Looooonesome low… qué chulada y qué banjo más bonito y qué violín para terminar el tema en fin…

Tres años sin JASON MOLINA

Tres años ya sin JASON MOLINA. Duelen las muertes de todos nuestros artistas favoritos, más aún si son prematuras. Pero en el caso del Jasson fue especial, muy especial. Tenía el bueno de Jason todo lo que le pedimos a un artista, era un gran compositor de canciones, tenía una voz mágica, perturbadora, inconfundible; además, poseía un estilo único, creaba un clima como de trance diluido, un espacio sonoro propio y perfectamente identificable, se movía entre el folk de cantautor desubicado en el mundo, el country aternativo y el indie-rock menos domesticado, como nadie, y además, en lo poco que le conocimos, daba toda la pinta de ser un gran tipo.

Podemos recordarlo escuchando sus canciones en los discos de sus dos magníficos proyectos, SONGS:OHIA (once discos publicados desde 1997 hasta 2.003), todos estupendos, rarunos a veces, impresionantes e hipnóticos casi siempre, y MAGNOLIA ELECTRIC Co. , cinco discos desde 2.005 hasta 2.009. Además, publicó en solitario, como JASON MOLINA, tres crudos y casi minimalistas discos muy folk y confesionales, desde 2.004 hasta 2.009.

«Tenía el espíritu de Johnny Cash, Townes Van Zandt y Neil Young, y la misma sensibilidad hiriente y crudeza de sus coetáneos Will Oldham, Smog, Damien Jurado, Scoutt Niblet, Cat Power o Lou Barlow», leemos por ahí. Y nos convence. Si estos nombres te dicen algo, y tienes la suerte de no conocer los discos de Jason Molina, ya sabes, manos a la obra. Que son muchas canciones, y muy buenas.

Temazos como este «Blue Factory Flame», extraído de «Didn’t It Rain» (2.002), publicado por SONGS:OHIA, y disco con el cual conocimos, en 2.003, a esta voz, a este descomunal artista. Es un disco increíble, bello, impactante y profundo, y da perfecta muestra de nuestra ignorancia musical el hecho de que hacía ya el número 9 de la discografía de SONGS:OHIA, en la que hay al menos otros tres o cuatro cumbres del mejor folk-rock. Por citar: Songs: Ohia, de 1997; Axxess & Ace, de 1999; The Lioness, 2.000; y Magnolia Electric Co, de 2.003, cuyo título dio paso al nombre del nuevo proyecto de Jason de este nivel excelso.

Sigues en nuestra mejor memoria, Jason.