Las decepciones de Josu Urrutia

VIERNES, hará buen tiempo y disfrutaremos esta noche, a partir de las nueve, del CONCIERTO acústico de CATFISH LOUIS & WASHBOARD JOHNNY, blues del Delta, ragtime y el primer folk norteamericano, guitarras y percusiones creando sonidos envolventes y vintage musical del bueno. Te esperamos, no deberías faltar.

No vamos a decir mucho sobre la marcha de ANDER HERRERA ni a repetir que el presidente del Athletic tiene la curiosa virtud de posicionarse casi siempre en contra de lo que entendemos por sentido común. Pero lo de Urrutia no podemos soslayarlo: ¿Cómo puede causarle “decepción” que un futbolista que ni siquiera ha creado nuestra cantera y por el que pagaron 11 millones de euros a un club (el Zaragoza) de inferior capacidad e historia que el nuestro y cuya afición adoraba a este jugador, se quiera ir, tres años después y tras haber crecido como deportista y como persona, a otro equipo, de más renombre y proyección que el Athletic (el Manchester United, uno de los cinco o seis grandes grandes del fútbol mundial) a ganar el triple de dinero, a vivir una experiencia reservada a poquísimos futbolistas y a aprovechar una oportunidad que normalmente se tiene una vez en la vida? Si lo único que generas con esa postura es frustración en la gente, que, además, este año está encantada con el temporadón hecho por el equipo que nos ha llevado a la posibilidad de disputar la Champions… Es cero inteligente, además de, nos tememos, insincero, impostado para hacer la pelota a una afición a la que se quiere infantilizar con esos planteamientos tan primarios y emotivos, pero que no pica el anzuelo porque es más pragmática y realista que todo eso y sabe cómo son las cosas en este mundo del deporte de élite, movido por el dinero, la fama, el egocentrismo de los jugadores y en este plan. El Athletic ha disfrutado durante tres años de un buen futbolista que no era suyo y al que compró en el mercado, ha obtenido una plusvalía del 200% de lo invertido (beneficio neto: 24 millones de euros, casi seguro que muchos de nosotros no los ganaremos este año) y puede presumir de que en las últimas temporadas, tres de sus futbolistas han fichado por la Juventus (Llorente), el Bayern Munich (Javi Martínez) y el Manchester United. Tres nombres míticos, que asustan. Jamás ocurrió algo así en la historia del Athletic. Si tú quitas jugadores a otros equipos, ¿cómo puedes ser tan flipado de no admitir que otros te los quiten a ti? ¿Y cómo puede decepcionarte que un profesional de tu empresa quiera mejorar laboral y económicamente? Presume de ello, y no seas cenizo, hombre, que a todos nos sobran motivos para estar preocupados y tristes. ¿Que se van los mejores jugadores del Athletic, porque los fichan los mejores clubs de Europa, con los que es imposible -por mucho que seamos de Bilbao y que presumamos de afición y de mimar a nuestros jugadores-, competir ni económicamente ni en metas deportivas? Pues hay que resignarse, o mejor, felicitémonos de ello (algo se está haciendo bien, no todo puede ser suerte) y pensemos qué se puede hacer para que no ocurra lo mismo con Iturraspe, Muniain y Laporte. Por lo demás, Ander, mucha suerte y que disfrutemos viéndote triunfar en el Manchester, o donde sea.

Os dejamos con un vídeo muy especial, el del concierto de THE WAR ON DRUGS en este pasado Primavera Sound. La canción es «Red Eyes», una de esas por las que será recordado este 2014, y la banda estadounidense que la toca, liderada ahora por ADAM GRANDUCIEL tras la marcha del otro jefe del grupo, KURT VILE, para desarrollar su (magnífica) carrera en solitario (atención: el 22 de Agosto, en plena Aste Nagusia, tocará en Bilbao, Kafe Antzokia), una de las protagonistas del año, con su discazo un tanto revival y convencional pero maravilloso, “Lost in the Dream”. Hemos hablado más de una vez de THE WAR ON DRUGS en este muro de La Estación. Nacieron hace una década o poco más como una banda de rock ruidoso, minoritario y lisérgico (los vimos hasta tres veces en directo; la primera en Bilbao, con unas treinta personas en el público) y han evolucionado hacia la claridad y la sencillez del pop-rock melódico, cristalino, de psicodelia bien medida y para todos los públicos, en el que bien poco cuesta detectar reminiscencias, cuando no profunda huella, de iconos como Tom Petty, Springsteen, Dylan, Fleetwood Mac, Dire Straits, o los menos puretas Wilco. Música para padres e hijos, tan apropiada para desayunar como para bailar de madrugada o escuchar en directo. ¿Imposible? Escucha, escucha… y disfruta con este pedazo vídeo.