Sugerencias de cine con música de Sera Cahoone

Hay, en la cartelera actual, por ejemplo, varias pelis dignas de verse. Recomendamos tres e incluso un cuarta:

1) La española “Hermosa juventud”, del implacable y lúcido analista social que es Jaime Rosales, con una historia de hoy mismo protagonizada por actores jóvenes desconocidos y en tono semidocumental, cosas ambas que nos encantan

2) “Las dos caras de enero”, dirigida con soltura por un debutante británico, Hossein Amini, y con un convincente -aunque no arrollador, como otras veces- Virgo Mortensen encarnando un personaje que toma decisiones llevado por la poderosa corriente de un turbio y esquinado relato, oscuro thriller de suspense escrito hace años por la gran Patricia Higsmith y en el que la mentira y el crimen, junto a los paisajes, pueblos y urbes de Grecia y Turquía, son también protagonistas destacados. Podría haberse filmado con más pasión y poderío, porque la historia es realmente atractiva y probablemente la novela (que no recordamos haber leído) daba más juego, sobre todo en el retrato psicológico de los personajes, conociendo como conocemos ala obra de la autora, pero “Las dos caras de enero” se deja ver más que perfectamente.

3) La francesa “Violette”, que cuenta la vida de una sensible, poco agraciada físicamente y talentosa escritora que lucha por el amor, por su independencia como artista y como mujer y por el reconocimiento de su obra. Le marcó ser ignorada por quienes generan el reconocimiento a los artistas y aún hoy poco es poco conocida por el público lector. Fue coetánea e incluso amiga de grandes de la literatura universal, hablamos de Camus, Genet y Simone de Beauvoir, por ejemplo, que supieron ver la valía literaria de esta Violette Leduc, de quien no hemos leído nada aún, pero habrá que remediarlo en breve, claro que sí.

E incluso sugerimos que veáis una cuarta peli, de época, romántica, de toque culto, con estupenda fotografía, vestuario, interiores y exteriores, decorados y de indudable cariz histórico, muy bien contada. “The invisible woman”, que vimos el jueves (cosas que tienen los resfriados: te alejan de la playa y te conducen al cine) por solo 4 euros en los cines del Puerto Deportivo de Getxo, versa sobre la historia de amor imposible de una joven formal y contenida en apariencia, miembro de una encantadora familia de actrices, pero explosiva y muy fiel a sus sentimientos en lo emocional, admiradora del venerado Charles Dickens y que acaba conviviendo con él -siempre ocultando la relación considerada escandalosa en la época-, tras separarse el genio de la no tan convencional mujer que le dio una decena de hijos. El cincuentón Dickens es encarnado –y no precisamente con muchos matices- por el célebre actor Ralph Fiennes, que además dirige el film. Y la adolescente es llevada primorosamente a la pantalla por la dulce y preciosa Felicity Jones (aquí, rubia), que a pesar de su relativa bisoñez como actriz defiende con acierto y desbordante riqueza de registros gestuales y de elocuentes miradas decenas de primerísimos planos en los que plasma con brillantez el torbellino de emociones y aturdimientos que se apoderan de una inteligente chica de dieciocho años, ya de por sí un poco desubicada en el mundo, cuando se enamora, entre perdida y platónicamente, de quien no debe. Cine británico, elegante, atractivo, culto…

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La despedida musical, a cargo de SARA CAHOONE, seminuevo valor de la inagotable cantera de artistas del folk-rock femenino estadounidense. Decimos lo de “seminuevo valor” porque ya ha grabado tres discos en solitario. La canción que os ponemos hoy es ”One To Blame”, de su último disco, “Deer Creek Canyon”, publicado en 2012.

«Deer Creek Canyon», de su último disco, titulado igual que la canción.

¿Hablamos un poco de política?

¿sin florituras y a brochazo limpio?     Acabamos de escuchar en la radio al reputado politólogo francés y experto europeísta SAMI NAIR (cuyos sesudos artículos hemos leído durante años en un periódico de ámbito nacional), que “España, al igual que Portugal y Grecia, puede a fecha de hoy considerarse un país del Tercer Mundo, sobre todo si comparamos su realidad con la de Alemania y los países del Norte de Europa”.

Sami_Naïr

Y asegura Nair que a su país, tan o más enfermo que el nuestro, le espera la misma medicina -y similares convulsiones en forma de crisis e incluso quizá de paro de dos dígitos para siempre-, que al nuestro. Pues que se vayan preparando los gabachos, que buena les espera. Porque, reconoce Nair, los franceses no están preparados para el golpe de estado económico que les viene encima, y es que creían que su –al parecer, casi modélico- Estado de Bienestar, una auténtica seña de identidad gala, era poco menos que invulnerable y, por supuesto, intocable. Y, para añadir más dramatismo y dificultades, dice Nair que su grandeur, sus ínfulas –muy instaladas de en el imaginario colectivo- de país de reconocida talla económica y cultural y de gran influencia en el escenario político mundial, va a impedir a los franceses encajar- y asumir su necesidad- los zarpazos que el drástico plan del nuevo gobierno socialista (con primer ministro de origen español, que ya es casualidad) les está comenzando a imponer. Vamos, que Hollande les ha acabado engañando (prometió al ganar las elecciones impulsar el crecimiento, y no rendirse a los alemanes) y, como ha hecho todo el sur de Europa, acabó transigiendo -tres o cuatro años después que España-, ante la Merkel y sus empresas y sus banqueros, cediendo soberanía al poder teutón y nórdico y aceptando sus durísimos planes de austeridad, recortes del gasto público y tal fatal, que nos sabemos la historia pero que muy bien. Nos ha dejado con mal cuerpo escuchar a este especialista (un hombre de izquierdas que siempre nos ha parecido lúcido, sensato y, en su radicalidad, bastante ponderado), pero es que las cosas están como están. Y habrá que asumirlo. Porque lo de cambiarlas está muy crudo, ¿o no? Mandan quienes tienen la pasta, quienes nos han prestado el dinero a los países menos competitivos y más gastones. Nos tienen cogidos por ahí, dictan nuestras políticas económicas y nos han llevado a donde estamos, con unos índices de paro récord en los países desarrollados, unos trabajos precarios y unos salarios cada vez menores. ¿O, al contrario, fuimos nosotros quienes nos hundimos solitos y sin ayuda nadie y ahora ellos nos están echando un cable para salir del pozo, sacando, eso no lo negará nadie, buena tajada del rescate? Vaya usted a saber, lo más probable es que haya de todo un poco, ¿no?