PHOSPHORESCENT – «C’ est la vie»

Cinco años después del magnífico «Muchacho», PHOSPHORESCENT publica disco nuevo, «C’ est la vie». Buena pinta. Más orquestado y quizá más pop, en el sentido de menos folk/country -aunque lo haya grabado en Nashville, adonde se ha mudado a vivir con su familia- de momento el disco nos está convenciendo. Y es que la voz del amigo Mathew Houck nos encanta, desde la primera vez que la escuchamos, con su disco «Pride», en 2.007 y la inolvidable «Wolves», que os pongo luego, en comentarios. Entonces lo vimos casi como un continuador de Oldham, hoy comprobamos que sigue su propio camino, con su voz, además de preciosa y elegantemente intensa, del todo inconfundible para quien la haya escuchado con un poco de atención. Por cierto, hemos visto solo una vez a POSPHORESCENT en concierto, en un Primavera Sound (edición 2011), y fue increíble, eso sí, muy rockero y con una banda -más que desaliñada en cuanto a aspecto pero muy aseada en lo importante, la music que hacían-, que tocaba a todo trapo, recordándonos al Neil Young eléctrico y guitarrero.

Están siendo estas últimas unas semanas estupendas en producción discográfica, de hecho los que para quien escribe son tres de los mejores discos del año han aparecido hace pocos días, son los firmados por VILLAGERS, CAT POWER y ADVANCE BASE (ex-Casiotone for the Painful Alone).

Este material nuevo de Phosphorescent (lo hemos escuchado tres veces enterito ya) no llega, en mi opinión, al nivelazo de los tres discos recién mencionados, ni al de la maravilla galáctica que antes del verano publicó DAMIEN JURADO (ojo, que le tenemos en el festival BIME, en el BEC de Barakaldo, dentro de dos semanas), pero al igual que lo hicieron el de GREAT LAKE SWIMMERS, el ep de seis canciones de IRON AND WINE, el disco de ALELA DIANE o el que acaba de sacar MARISSA NADLER, seguro que nos proporciona buenos ratos. En definitiva, son discos notables, y, a qué negarlo, es la music que más nos emociona, je.

Corría 2.007, ya éramos superfans de Jason Molina, Damien Jurado, Bill Callahan, y por supuesto, Bonnie Prince Billy (Will Oldham); Bon Iver todavía no existía («For Emma, Forever Ago» salió en 2.008) como gran divo del nuevo indie-folk cantautoril… y de pronto, escuchamos esta canción, «Wolves», que forma desde entonces parte de lo mejor de nuestra vida como aficionados a la music. Traspuestos nos dejó. PHOSPHORESCENT se llamaba la banda, no sabíamos nada más. Averiguamos después que «Wolves» aparecía en «Pride», el tercer disco de la banda, a su vez el proyecto personal de un tal Mathew Houck. Y hasta hoy, hipnotizados por esa voz y esas canciones.

Escúchala y opina si es para tanto o no.