NUESTRO RESUMEN DEL BIME DEL VIERNES

Lo mejor del BIME ayer: SLODIWE, muy rockeros y ruidosos, con un Neil Halstead cantando bien y tocando mejor en su habitual tono escénico discreto, y una Rachel Goswell a la que poco le importaron ciertos desafinos y gallos al forzar la voz en los altos y que le daban un curioso e incierto encanto juvenil al sonido. Este shoegaze in crescendo, espacial y muy cañero sigue sonando perfectamente actual hoy pese a sus casi tres décadas de existencia. Sí, rock británico, pero con alma, profundidad e introspección, nada que ver con la parafernalia indulgente, gregarista y extravertida de Editors. En dos años hemos visto a los tres grandes del estilo: MBV, Slowdive y Ride, en nuestro orden de preferencia, y los tres de notable alto para arriba en sus recientes directos.

La gran decepción: DAMIEN JURADO. No quiso asumir que le había contratado un festival grande que agrupa muchos estilos y público muy diverso, y no un teatro o una pequeña sala ocupada por entregados y silenciosos seguidores del folk/camilla del de Seattle. O sea, que, como es norma lamentable pero inevitable en los festivales, proliferaba la gente sacando ruido y hablando y moviéndose de un lado a otro sin prestar atención a la actuación de Damien, un sonido irregular y poco controlable…; en fin, que Jurado cantó bajito, distraído y sin énfasis ni intención (la primera, «Allocate» fue de juzgado de guardia, la destrozó, casi la habló) tocó muy pocas canciones (¿45 minutos?), apenas hizo ningún hit de discos anteriores…. y, resumiendo, sufrimos su desinterés y enfado más de mil aficionados, algunos de ellos en primera fila, pata negra juradistas cuyo reclamo para venir al BIME, nos lo dijeron ellos/as, había sido precisamente ver el concierto de Damien. No fue un desastre, en absoluto, porque Damien es Damien y porque el repertorio se basó en su nuevo disco, plagado de temazos y porque cantó bajo y hurtando giros vocales pero no estuvo del todo mal, y además tocaron, el y su acompañante, bien las guitarras.. Pese a esto, fue el peor de mis 10 conciertos de Damien Jurado en todo el país estos últimos 15 años y lamento decirlo. Y la culpa, lo veo más que claro, es principalmente suya: a nada que hubiera puesto de su parte, el set podía haber salido 50 veces mejor. Un detalle: vino con la voz justa tras una gira europea con decenas de conciertos en pocas semanas. Y solo lo dio casi todo en lo vocal -es decir, sacó su portentoso chorro de voz y su desbordante energía gestual y escénica-, en las dos últimas canciones, que al menos nos dejaron un buen recuerdo. Mírese el video que pongo en comentarios: Damien en directo haciendo para la BBC británica «Metallic Cloud», cualquier comparacion con lo de ayer….

Una (solo relativa sorpresa): estupendo, elegante y complejo bolo de ELENA SETIÉN, que compareció -simpática con la gente, hablando lo justo y siempre muy en su sitio- en trío sin guitarras, con un sedoso batería, ella a las teclas y única voz, y otro profesional como la copa de un pino al órgano y piano de cola. Cantó Elena mucho mejor que la anterior voz que le vimos en Bilbao y el sonido que arrancó al horrendo Antzerki fue más que digno. Notable alto para ella. Original propuesta la suya, le seguiremos los pasos.

Lo que sabíamos que iba a pasar: EDITORS no nos gustan, no podemos con ellos, suenan como una verbena rock (prefiero, de siempre, la romería con sus baladones) y BELAKO tampoco nos atrapan, casi por lo mismo. Ambos son para bailar y darse besos de felicidad grupal ante una music superreconocible y diseñada para eso; pues vale, no es lo nuestro y no pasa nada.

Emoción grande al ver por vez primera en nuestra vida al referencial APEX TWIN, al que no pudimos disfrutar mucho porque las piernas no nos aguantaban ya. Electrónica abstracta, para iniciados, nada complaciente con el oyente pero de gran factura técnica, en su primera media hora quizá más para escuchar que para mover el esqueleto. Seguro que en la parte final tiró más al techno con viabilidad dance, pero no llegamos, estábamos fundidos, y es que era viernes; hoy iremos más frescos y aguantaremos más. Una pena, otro día será, ¿o no?

Una constatación: MUY POBRE EL CARTEL VESPERTINO DE AYER del festival del viernes; las propuestas eran de muy bajo nivel; hasta casi las nueve de la noche con Elena Setién, nada que mereciera la pena. VULK, en concreto, con su neo-punk garajero machito no me dijeron nada y el atuendo y aspecto del líder, sí que me dijo cosas, pero malas. MAGIG GANG suenan bien y parecen buenos chicos pero su inane pop de guitarras y voz con ecos a Prefab Sproput
es irrelevante y a veces demasiado ñoño. La jornada de hoy sábado en esa franja horaria es muy superior (a las siete ROLLING BLACKOUTS COASTAL FEVER y justo después UNKNOWN MORTAL ORCHESTRA, dos bandas solventes y de nivel reconocido: hay estar allí a las siete. Eso es empezar bien una jornada de festival.

Un fiasco enorme: el cambio del cuasiperfecto espacio Antzerki, adorado por todos los habituales de los set de pequeño formato del BIME, edición tras edición. Un error mayúsculo, imperdonable, nos dio una bajona kilométrica cuando vimos el cambiazo. ¡Pero si era lo mejor del BIME edición tras edición y todo el mundo lo comentaba y dejaba por escrito!. Si era un lugar perfecto, con sus cómodas gradas con asientos (en las de ayer no había asientos) bien cerca del escenario y su sonido impecable… ¿POR QUÉ LO HABÉIS CAMBIADO, SEÑORES DE LAST TOUR? La habéis cagado, tíos. LO QUE ESTÁ BIEN, NO SE TOCA. Y menos aún para empeorarlo.

Por último, lo más divertido de la jornada fue ver la performance jaulera del arrebatado YOUNG BEEF con su trap canalla y su voz tan tuneada, ante fanses enfervorizados idolatrando al chaval que, hay que decdirlo, sabe darles lo que quieren.

 

Y así es como esperaba a Damien Jurado: