Una bella canción de amor y dolor de pérdida (6)

Hoy, lunes, recordamos ( y sumamos a nuestra selecta lista de temazos de Damien) una de las canciones de amor y dolor de pérdida más tristes, y sin duda una de las más bellas, de las muchas maravillosas que ha escrito Damien Jurado sobre las contingencias de la vida en pareja y, muy en particular, sus secuelas. También podría figurar nuestra canción de hoy en una selección de las más escuetas, minimalistas y desnudas del autor.

Se trata de «I Am Still Here», uno de los grandes clásicos de Damien y todo un emblema de su estilo más confesional e intimista.

Este pedazo de canción, indisimuladamante folkie y que nos atrevemos a asegurar firmaría encantado Nick Drake pero también otros cantautores (nos preguntamos cómo quedaría la versión que hicieran Townes Van Zandt, Bill Fay, o Elliott Smit, por ejemplo), apareció en 2.006 en uno de nuestros discos favoritos de DJ, su séptima obra larga: «And Now That I’m In Your Shadow».

Que quizá sea el disco con canciones de tempo más lento y el más acústico -sin batería ni guitarra eléctrica, solo con su acústica, un poco de piano, armónica ocasionalmente y casi nada más, el que amamos casi devocionalmente quienes gustamos de estas baladas que, con el mínimo despliegue de arsenal melódico e instrumental se te adhieren al alma y ocupan espacio en tu memoria a modo de un continuo de sentimiento crudo que te hiere pero te arropa, a la vez que te interpela, pillándote en una zona siempre de riesgo.

La letra de «I Am Still Here» es preciosa y, a su manera, sencilla. Damien sigue ahí, nos dice a nosotros y a quien realmente le habla, la que pensamos es su exmujer. Sin rodeos, le reconoce que le echa de menos, que los recuerdos le pueden, y le implora que vuelva. Primero, para contextualizar, nos habla un poco de su estado emocional, purito dolor, nostalgia y memoria y del desolador sentimiento de pérdida:

«Aquí está una foto de nuestro primer bebé
Aquí está una foto de nuestro día de la boda
Nada ha cambiado, mi amor sigue siendo el mismo
Todavía estoy aquí, y aquí me quedaré»

Ya, entrando en harina, suplica a su ex-compañera:

«Cuando vuelvas montaremos una fiesta
desembalaremos las luces de Navidad
volverás a ser mi novia
volveré a ser tu novio.
Siento tanto tu falta…
por favor, regresa a mi lado».

Los dos últimos versos -ya es fastido pero la vida, lo sabemos, tiende a ser así- cierran, aunque prefiramos pensar que solo temporalmente, cualquier atisbo de esperanza:
«Su madre dice que llamó esta mañana «Dile que lo amo, pero que no volveremos a estar juntos».