JUEVES, NO LLUEVE, y menos mal, pensábamos que no iba a parar nunca. Comentamos el fabuloso concierto que dio ayer en Bilbao el tejano KEVIN MORBY con su primorosa banda, en la que destacó Meg Duffy, la más flipante y distinguida guitarrista que hemos visto en muchos años.
LO HABÍAMOS AVISADO. KEVIN MORBY acabará siendo, si no lo es ya, una estrella del rock, así sin más etiquetas. Lleva publicados tres (cuatro, según Allmusic; pero nosotros conocemos solo tres, y hay revistas de prestigio que hablan también de solo tres) magníficos discos en solitario, se tilda todavía de folk o folk-rock a su material, y para referenciar su particular music se cita a Dylan, a Cohen, a Lou Reed… Pero, ayer en el Antzoki bilbaino, el tejano demostró que su filiación es el rock, así en general y así de grande y completo.
Además, confirmó lo que venimos años comprobando: el nivelazo de muchos músicos americanos del circuito indie es de otro mundo, y, además de su indudable pericia técnica, ello es porque saben perfectamente que EL DIRECTO ES OTRA COSA, que en concierto no basta con reproducir hasta el último detalle las canciones que los aficionados se han hartado de escuchar tranquilamente en su casa o su coche; que no es suficiente con clavar las canciones, porque para eso como que no merece la pena moverse del sofá en una noche de perros como la de ayer, fría y lluviosa.
En concierto, el repertorio hay que transformarlo un poco: las canciones hay que recrearlas, haciéndolas más grandes, más emocionantes e intensas, más potentes y amenas y, como en el caso de la bandaza (la guitarrista se salió, qué gozada escucharla, todo el rato llenando de magia las canciones) de Kevin Morby ayer, transformarlas en más rockeras, flipantes, y rapidillas; y con desarrollos intrumentales más largos y lucidos; no hablamos de improvisación ni de cambios radicales sino de sutil adecuacion al formato del directo. También debe haber tiempo para lo contrario, hay que saber interpretar con sentimiento, jondura y precisión los temas más suaves o de tempo más lento. Es lo que hicieron ayer por ejemplo, cuando tocaron solos Morby y su guitarrista la deliciosa, muy folkie y casi psicodélica “Parade”, de su penúltimo diswco, el gran «Still life». Qué maravilla…
Ejecutar perfectamente este planteamiento de que el directo tiene su propio lenguaje es lo que hace que ayer, al disfrutar del concierto, no nos acordáramos tanto de Dylan, Cohen o Reed, y que los numerosísimos amigos (fue una de esas citas que muchos llevábamos meses esperando) con que topamos durante el evento comentaran que, sobre todo, el show les recordaba al sonido y estilo de superbandas como Television, Yo La Tengo, Go Betweens, Velvet Underground y en este plan.
Uno de los grandes momentos rockeros de ayer fue el de la interpretación de «Wild side (oh the places you’ll go)», uno de los muchos temazos de la discografía del tejano. Aparece en «Harlem river» (2.013), y si en disco es maravillosa, en concierto se transformó en una auténtica barbaridad, imposible pararse quieto.
Escúchenla, mejora la vida, lo comprobarán. Y no se queden en que les recuerda a Dylan, o a Go Betweens en este caso; Kevin Morby vuela por su cuenta, haciendo su propio ( y glorioso) camino. Se lo ha ganado. Su próximo disco va a ser la bomba. Que no tarde mucho en hacerlo, please.
Te lo perdiste, sí, y ya poco se puede hacer, pero no será porque no habíamos avisado del acontecimiento. Cuando más se disfruta de estos jóvenes valores llamados a ser figuras planetarias es cuando, pese a encontrarse en plenitud creativa y ya con un buen repertorio a sus espaldas, aún no se han convertido en estrellas que tocan solo en salas grandes repletas de público o peor aún, en festivales. Este de ayer era un caso de libro: no volveremos a ver a KEVIN MORBY en una sala fantástica como el Antzoki en primera fila como ayer, con un sonido perfecto, menos de doscientas personas y en absoluta comodidad; seguro que no.
Vamos acabando, concluyendo que el de ayer de KEVIN MORBY fue uno de nuestros tres mejores conciertos del año (junto al de Courtney Barnett en el BBK Live y el de Pj Harvey en el BEC). Y mira que hemos visto conciertos este 2.016 …
La sensación de plenitud y deslumbramiento que nos invadió tan gozosamente ayer tras terminar el concierto de KEVIN MORBY fue similar a la del año pasado tras el set de Kurt Vile, el otro gran faro joven del rock americano que más nos flipa, nos emociona y nos atonta. Con esto está dicho todo.