¿Cuál es el MEJOR DISCO TRISTE de 2017?

¿Cuál es el MEJOR DISCO TRISTE de 2017? ¿Y la canción triste más bella y emocionante del año?

El año pasado el disco triste más acojonante, dramático y, a su manera, hermoso lo originó una pérdida tan irreparable como la de un hijo adolescente; sí, lo recuerdas, se trata de «Skeleton Tree», de Nick Cave, un disco por otra parte sublime, dedicado a su hijo Arthur, fallecido en un absurdo accidente. Este disco lo pusimos en el nº 1 de nuestro ranking top 25 de 2.016, un año con discazos de Andy Shauf, Cass McCombs, Leonard Cohen, Kevin Morby, Michael Kiwanuka, Car Seat Headrest, Peter Bruntnell y Pj Harvey, que lo acompañaron en lo más alto de la calificación.

En 2.017 ha ocurrido algo parecido: la muerte prematura de una persona no solo ha sido el desencadenante del disco, sino que el propio hecho del fallecimiento y la ausencia dolorosa, el duelo que causa están presentes en la letra y espíritu de cada canción de un enorme disco.

En esta categoría que nos acabamos de inventar, el número 1 de los discos tristes de 2.017 corrresponde a «A Crow Looked at Me», de Mount Eerie, que nuestro adorado y más que raruno cantautor, de nombre civil Phil Elverum y larga -y muy minoritaria- carrera artística, creó como reacción a la muerte (cáncer de páncreas) en julio de 2.016 de su mujer, la dibujante, ilustradora y asimismo músico Geneviève Castrée con solo 44 años, y pocos meses después de dar a luz a su primera hija . «A Crow Looked at Me», con apenas una leve musicalidad, mata al oyente con su tono decaído sin llegar al hundimiento, con su franqueza y su desarmante naturalidad en una suerte de neo-folk de recitativo, en el que Everum es un consumado maestro. Sin duda, «A Crow Looked at Me» figurará en el top 25 de discos de este año.

«A Crow Looked at Me’ es un disco que nace de la más pura improvisación, de la corriente de pensamiento, y cuenta Elverum que le salió entero durante el otoño de 2016. Se lo quitó de encima. Lo grabó en la misma habitación de hospital donde falleció Geneviève, usando además sobre todo instrumentos que le pertenecían a ella, además de papel que también era de ella y “mirando a través de la misma ventana» leemos en una atinada reseña de jenesaispop.

Tal y como le ha ocurrido siempre a Mount Eerie, su nuevo disco ha recibido críticas muy elogiosas en todos los medios especializados, pero apenas venderá unos miles de discos en todo el mundo y no podrá organizar una gira en condiciones en ningún sitio, tan pocos somos sus seguidores allí y aquí . Al menos, quien firma le ha visto en dos ocasiones en concierto, una de ellas con Julie Doiron, háganse a la idea.

Cuando hablamos de letras explícitas nos referimos a textos como el de este fragmento de la canción ‘Seaweed’, cuando Elverum canta, como si leyera su diario, con fechas anotadas inclusive: “nuestra hija tiene año y medio, y tú llevas once días muerta; he cogido el barco y he venido a este sitio donde íbamos a construir nuestra casa y vivir los tres juntos si tú hubieras vivido; así que he venido solo con nuestro bebé y con las cenizas de tus huesos”.

Pero bueno, lo importante aquí es la music, y en este disco hay mucha y buena. La desolación, la introspección y el duelo por una persona amada y necesaria a la que ya no se podrá volver a ver ni a abrazar puede ser el detonante de una obra maestra, y eso, entre otras cosas, es lo genial que tiene el arte; y ese, entre otros, es el motivo por el que el ser humano siempre necesitará a los artistas.

Y si el mejor disco triste del año es «A Crow Looked at Me», de MOUNT EERIE, la mejor canción triste del año podría ser esta que abre el disco.

Y si la que abre el disco es tremenda, la que lo cierra, esta «Crow», el cuervo al que alude el título del disco, no le va a la zaga. Escuchemos al propio Phil: “LA MUERTE ES REAL podría haber sido el nombre del disco. Estas frías mecánicas de enfermedad y pérdida son reales e ineludibles, y pueden aportar una agudeza alienante y distante. Pero no es lo que quiero recordar. Un cuervo me miró. Hay un eco de Geneviève que aún resuena, un recuerdo del amor y la eternidad debajo de toda esta anulación. Este es el motivo del título del disco“.

Si no recuerdo mal, la primera canción que conocimos del disco, y que nos dejó parados, congelados, fue esta descomunal «Ravens», la única que tiene video del disco. Austeridad o, quizá mejor, pobreza de medios, de principio a final.

Y esta canción de un discazo anterior, «Clear moon» (2.012) también nos dejó traspuestos.