CIGARRETTES AFTER SEX

VIERNES pero como domingo, un jaleo de cuidado ubicarse en este macropuente. Llueve y hace frío, pero no te sientes dentro del congelador, quien no se consuela…

Hay hueco para la music, para escuchar con los ojos cerrados «Apocalypse», un hit, un single mayúsculo y adictivo de pop atmosférico, con una tensión interna sostenida y creciente, una gozada de principio a fin, una cancionaza que puede gustar a todo el mundo (lo hemos comprobado al pincharla en La Estación de Neguri), extraída del más que notable primer disco largo de CIGARRETTES AFTER SEX de título homónimo.

Sensualidad melancólica de despistado aire romántico que te mece suavemente y que conduce al oyente a la parte noble, seductora y misteriosa de la vida. Así vemos a este disco, que ha convencido a público y crítica en todo el mundo. Pese a haberse creado en 2.008, han publicado poquísimo: un Ep, tres canciones sueltas y este disco largo

Hay un problemilla con CIGARRETTES AFTER SEX, 100% nuestro, de acuerdo, pero que está ahí, y nos condiciona mucho al valorar a la banda neoyorkina del tejano Greg Gonzalez y es el siguiente: nos remite tan directamente (quizá este es el asunto, que recuerda demasiado directamente) a bandas que nos tuvieron tan hipnotizados hace años (Mazzy Star, Red House Painters, Slowdive, Tindersticks, Clientele, Lali Puna…) que no podemos evitar, desde que les conocimos -hace no tantos meses- tenerles un poco de manía. Tampoco nos pasa solo con ellos, hay bandas muy en boga actualmente, y bien interesantes, como Beach House o The XX, a las que les vemos demasiado, casi pornográficamente, las costuras, las influencias, las deudas en estilo y sonido; y por eso no nos atraen tanto como a otros aficionados tan o más informados y exigentes que nosotros.

Pero a lo que íbamos, en el disco de CIGARRETTES AFTER SEX hay canciones que nos parecen casi perfectas (además de Apocalypse, K., Sweet y Sunsetz, por lo menos) y eso hace que seguro que figura en el top 25 de nuestra lista de lo mejor de 2.017.