SIN LOU REED

LUNES 27 octubre y PRIMER DÍA DE NUESTRAS VIDAS SIN LA PRESENCIA FÍSICA DE LOU REED EN EL PLANETA TIERRA. 

 HOMENAJE A LOU REED el 1 de Noviembre, Viernes.

CON UNA SUPERBANDA ROCK y Jam Session al final de concierto (anímate a participar).
Más de 20 de las mejores canciones de LOU REED, tanto de su obra en solitario como de la que grabó con los míticos VELVET UNDERGROUND, interpretadas por unos músicos infalibles y sobradamente conocidos que adoran la música del genio de Brooklyn, fallecido el pasado domingo.
La alineación titular de la banda que tocará lo mejor del repertorio de Lou Reed en La Estación es :
LUIS ECHEVARRIA… voz y guitarra
JUAN GUMUCIO… guitarra
TXOMIN GUZMÁN… batería, voces
JUAN URIBE… bajo, voces

El viento sur que ha apartado (gracias, amigo) las lluvias de nuestros territorios desaparecerá y tendremos entre nosotros, de una vez y tras muchos amagos, a la lluvia. Refrescarán las temperaturas, pero tampoco será, aún, la antesala del invierno, porque volverán los días soleados y agradables esta misma semana. Un poco de paciencia, pues, y pensemos, por ejemplo, que, al menos cesará el vientazo que ayer casi nos vuelve locos, con tanto ruido y tanta fuerza, tirándolo todo e impidiéndonos dormircon sus «aullidos» eólicos. 

Estamos dando los primeros pasos para el HOMENAJE A LOU REED DEL PROXIMO VIERNES, 1 DE NOVIEMBRE, llamando a muchos artistas conocidos. Pero te adelantamos que si te sabes bien alguna de sus canciones, por mucho que seas muy joven o algo viejete, aunque no seas la bomba tocando ni cantando, a pesar de que no tengas mucha experiencia y te de miedito la cosa… la vayas preparando a tope y sin desmayo, que tendrás ocasión, sobre el escenario de La estación de Neguri, de demostrar tus talentos y el modo en que vives el cancionero del difunto astro de Brooklyn. Intentaremos hacer algo parecido a una JAMM SESSION TRIBUTE TO LOU REED. Apúntate, llámanos al 619257910 o, si lo prefieres, escríbenos en la sección de mensajes privados de este muro de F. 

Será hermoso, emocionante, un volver a la juventud y a su confusa mística, que tan lejos de su NY natal, unos cuantos aficionados a su musica, rinda a Lou Reed un homenaje tan (o más) sentido como el que sin duda le harán sus conciudadanos. 

Ya hablaremos, tenemos tiempo. De momento, os deseamos un feliz inicio de semana, a pesar del marrón de la muerte de Reed que habremos de sobrellevar durante varios días, y os dejamos, cómo no con uand eneustras favoritas de Lou Reed, otra del disco Coney Island Baby, que quizá es uno de los albumes que más han marcado nuestra vida. ¿La culpa? Canciones mágicas, narcóticas, como esta, que da título al disco. Cuando la escuchábamos, allá por el 76-77, teníamos la certeza de que la música de Lou Reed, tan distinta a la que se escuchaba entonces por los cauces convencionales, era un signo de que lo que estaba por venir era imperiosamente nuevo, distinto, transgresor. Y mira que lo fue, aunque quizá no tan estético, tan onírico, tan rebelde, tan poderoso como lo que nos trasmitía esta canción, que con el paso del tiempo no ha perdido un ápice de su frescura, su energía, su rareza, su esplendor. La inmortalidad es atributo del arte, no de las personas. Y es una pena, porque hay artistas que nunca deberían abandonarnos: el mundo es menos completo, menos habitable sin ellos. Quedémonos, pues, con su obra, con sus maravillosas canciones que tantas respuestas nos dieron y que tantas preguntas nos plantearon.

Para todos, «Coney Island Baby», canción que debes escuchar desde la ingenuidad y la meditación, en oscuridad y silencio completos, para que invada cada centímetro de tu cuerpo y se adueñe de cada vibración de tu alma, tal y como lo hicimos nosotros una y otra vez durante años. Como si fueras un adolescente ávido de sensaciones, lo que siempre nos da que fue el maestro, el mortal pero no por ello menos eterno LOU REED. Nunca habíamos escuchado cantar así, jamás una canción había parado tan drásticamente el tiempo, ni una guitarra nos había transportado tanto, nunca una voz, un susurro, un recitado nos habían seducido y trastornado tanto, nunca unos coros aportaron tanto a una canción…, por eso y por más cosas que la discreción nos impide contar, te querremos siempre, Lou. 

Te recordaremos, te honraremos e intentaremos que perviva tu memoria entre las generaciones venideras que sigan emocionándose con la música de verdad, la que tú hiciste, la que sale a brotes del corazón y afecta sutilmente a la cabeza, la música que es arte, que siendo puro sentimiento enriquece el raciocinio. Descansa, amigo Lou.