Y el sueño se cumplió. CHUCK PROPHET se salió, lo comprobamos muchos, la sala estaba a rebosar. Hizo nuestra canción del año, baladón canónico. Nuestra opinión ya la conoces: Dios.
Lo previsto: per-fec-to, de principio a fin. Muy rockero pero con momentos más suaves, con Chuck a la acústica. Cinco en escena, con dos guitarras y teclado.
No todos los años se tiene la oportunidad de ver en CONCIERTO a una de las más grandes figuras del rock norteamericano, CHUCK PROPHET, compositor, guitarrista y cantante maravilloso con 14 discos a su nombre y otra decena con su banda de los 80s Green On Red).
No podían ser más altas las expectativas (llevábamos más de sesis meses esperando la fecha de ayer) ante el concierto del gran CHUCK PROPHET, uno de los artistas que más apreciamos desde hace muchos años y uno de los músicos más completos que quepa imaginar: compositor de más de un centenar de canciones, productor, enorme guitarrista, inconfundible y estiloso cantante… Ecos de Tom Petty (sobre todo) de Kinks, de Elliot Murphy, de Rem, de Eagles, de su banda de joven Green On Red.., del country de autor en plan Conor Oberts o el peque Earle…. en fin, MUSICA con mayúsculas o dicho de otro modo, la music que más nos mola a algunos. .
Y en concierto, lo pudimos comprobar ayer, el californiano es, además del encanto, la majería y la autenticidad personificados, un front-men como hay muy pocos, con sus movimientos y sus gestos, su eterna sonrisa y sus gritos rockeriles cuando procede, con su distendida comunicación en escena con sus The Mission Express…. Chuck trasmitió en todo momento simpatía y empatía en modo riada, diversión, emoción y, también -y no es cosa menor- profesionalidad, compromiso con la audiencia y agradecimiento, respeto y mucha cercanía a sus seguidores. Como hizo en la sesión de fotos y firma de discos posterior al show. Más paciencia no se puede tener, quizá estuvo más de media hora haciendo este curro extra, siempre sonriente y amable, pese a la paliza que llevaba a cuestas tras haberlo dado todo en el escenario durante hora y media. Esto es (o debería ser) una estrella del rock, amigos/as.
Lo dicho: si te lo perdiste, no será porque no se te avisó repetidamente, y desde hace varias semanas. Quizá el de CHUCK PROPHET de ayer sea el concierto más divertido, completo y redondo -o sea, sin una sola pega-, del año. Y eso es mucho decir, pero dicho queda.
Chuck Prophet no vino en solitario, como acostumbra cuando se deja caer por estos lares (nunca le hemos visto con banda, je), sino con The Mission Express, la banda con la que ha grabado su discazo «Bobby Fuller Died for Your Sins», para nosotros uno de los mejores que hemos escuchado este año.
A modo de consuelo, puede servirte esto:
Morir de gusto, con Chuck Prophet, tras su sublime concierto. Sí, un poco sudaditos estamos, pero puede disculparse, ¿sí o qué?