Un momento mágico en el homenaje a Lou Reed

UN MOMENTO MÁGICO DEL PASADO VERNES, EN EL HOMENAJE A LOU REED. Hubo este primer viernes de noviembre, en el inolvidable concierto homenaje a Lou Reed en La Estación, varios momentos mágicos que quedarán adheridos para siempre a la parte feliz de nuestra memoria. Cada uno lo fue a su estilo, apelando a una emotividad y a un estado de ánimo distintos. Y es que como se hicieron temas tan variados en forma y concepto y que fueron grabados desde los primeros años 70 hasta finales de los 80, pues hubo de todo. Desde las vanguardistas y psicotrópicas canciones de Velvet Underground & (la misteriosa y embriagadora) Nico, hasta las sedosas, míticas y majestuosas composiciones de un joven Lou aún casi en los inicios de su carrera en solitario, pasando por las más rockeras y febrilentas, que ha facturado desde sus inicios hasta finales de los 80, y que te impiden pensar en nada que no sea moverte y disfrutar de un buen plato de proteico rock, del que alimenta eso que llevamos siglos buscando cómo denominar y que tiene un metabolismo tan especial, tan distinto que nos equipara a otros animales. Ufff, a dónde nos ha llevado terminar esta frase…, la verdad es que no tenemos ni idea de escribir.

Volviendo a los momentos mágicos del concierto del viernes, si tuviéramos que elegir uno por rockero, marchoso y potente -imposible pararse quieto-, quizá sería el que la fenomenal banda montada por Luís Echevarria para este evento protagonizó interpretando “Dirty Boulevard” (del disco “New York” de 1989 ), uan canción que costaría incluir entre las más gloriosas del autor neoyorkino, pero que nos aturde y conquista irremisiblemente con esos impresionantes guitarrazos, el vozarrón de Lou y esa batería por momentos demoledora. Todavía lo recordamos, como si hubiera sido hace una hora: viernes noche, casi al final del concierto, con el sonido a tope y los cuerpos del respetable, sobre todo en las primeras filas, en tensión y movimiento, plenos de dicha y de energía, como nos gusta a nosotros. Feliz domingo, y no dejéiss de pasaros por La Estación.