Breves comentarios sobre 3 discos recomendables: Nick Cave, My Bloidy Valentine y Ron Sexmith

Sigue el temporal en el Cantábrico, casi mes y medio sin respiro. Al menos, os podemos dar la buena noticia de que PRORROGAMOS UN PAR DE DÍAS, HASTA EL JUEVES, LA EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE ACUARELAS con paisajes de Getxo y Bilbao que pensábamos retirar hoy, día 12, en la fecha prevista. Ángel Uriarte, director de la expo Beta Pictoris Bilbao, ha accedido a nuestra petición y descolgaremos los cuadros la tarde de pasado mañana, jueves. Aprovechad la ocasión, que cuadros tan chulos no se pueden ver todos los días, y menos en un local tan acogedor como La Estación, que a pesar de este tiempo tan horrible de los últimos días ha mantenido su ambiente tanto de mañana como de tarde/noche. Cierto es que como en casa con estas tormentas y este frío no se está en ningún sitio, pero hay tiempo para todo, claro que sí.

Para estar en el bar con los amigos un rato o leer, sin moverte de La Estación, prensa, revistas, libros…, y escuchar buena música. No faltan novedades discográficas de gran interés; destacamos tres:

1) «Forever endeavour», nuevo disco del canadiense RON SEXSMITH, que aporta otro ramillete de canciones de su pop «qualité», autoral sin excesos, delicado, intimista y melancólico pero no triste y, lo mejor, muy fácil de disfrutar; no en vano Ron tiene una preciosa voz, muy identificable, y capacidad para componer hermosas canciones, que no te vuelven loco pero siempre agradan. Ha visitado un par de veces Bilbao y merece la pena verle, aunque su voz a veces se nos antoja inestable y quebradiza. Somos más exigentes…

2) El estimulante y esperadísimo regreso de MY BLOODY VALENTINE, la mítica banda de Dublin autora de «Loveless» (1991), disco epítome del pop/rock ruidoso, tenso y experimental que aún hoy levanta admiración y fanatismo. Lo comprobamos en un concierto multitudinario que dieron hace unos tres años en Barcelona y nos pareció un atracón de casi puro ruido, pero en fin… MBV han sido una de las bandas más citadas como referencia estos últimos años por las nuevas bandas de pop/rock, y por algo será. Reaparecen los irlandeses con el disco «mbv», tras 22 años de inactividad en grabaciones y la verdad es que no decepcionan en absoluto. Murallas de guitarras y ruido, nada de electrónica, mucho misterio el transportado por esas voces en segundo plano y cierta magia onírica, como de bosque lluvioso encantado. Ya no sorprenden e incluso habrá quien les reproche cierto continuismo tras tanto tiempo sin grabar, pero siguen molando mucho, tienen carácter y te llegan, al menos si no abusas y te conformas con escuchar tres o cuatro canciones. Crean una atmósfera cargada, contaminada y rugosa, pero con poderío y magnetismo emocional. El guitarrista y líder de la banda, el inefable e imprevisible Kevin Shields, pasa por ser un genio de la música y fue autor de la fantástica banda sonora de «Lost in Translation», ¿recordáis la peli de Sofia Coppola que descubrió a la hoy consagrada Scarlett Johanson?

Y el tercer disco a comentar, cómo no, es «Push The Sky Away» la nueva obra de uno de nuestros más queridos artistas desde que tenemos sentido común, el australiano NICK CAVE, afincado desde hace años con su familia en Brighton, UK, dejando atrás para siempre esas décadas de punk, radicalidad, excesos y desequilibrios (en Berlin y Brasil sobre todo) de las que, felizmente para todos, sobrevivió. Vuelve el descomunal Nick con su banda de las malas semillas (THE BAD SEES), y apartando temporalmente su otro proyecto, Grinderman, que con su rock garajero y tono punk nos gusta bastante menos que cuando como NICK CAVE &THE BAD SEES graba y toca temazos de atemporal rock adulto y perfectamente ensamblado con unos arreglos impepinables como los que conforman este disco y que nos recuerdan, además de al propio Cave (que ya es tan leyenda del rock como cualquiera), a héroes de gran voltaje creativo y personal como Lou Reed, Johhny Cash o Leonard Cohen.

Os dejamos con «We No Who U R», la impresionante canción que abre el nuevo disco de Nick Cave, una de esas que no solo dejan bien sentada la jerarquía de su autor sino que por sí solas justifican todo un disco. Hemos elegido este con la letra de la canción más que nada porque el video oficial es un poco tostón, con Cave penetrando (cuatro minutos lo mismo, oye) en un bosque iluminado por una cámara.